Un artículo de Teresa Blanco Gómez,
Logopeda especialista en rehabilitación de la voz profesional y cantada. Musicoterapeuta
Miembro del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM)
Según la guía de implantación de musicoterapia en el CRE Alzheimer de Salamanca (2014): “La musicoterapia es una terapia no farmacológica recomendada para personas con demencia. Existe un gran número de enfoques (Ridder, 2001), así como diferentes usos de la música para esta población, ya sea como actividad o como terapia. Hay un creciente interés por la musicoterapia en demencias, cada vez son más los musicoterapeutas que entran a formar parte de los equipos profesionales, y las investigaciones han proliferado notablemente a partir de los años 80″.
«El musicoterapeuta es un profesional con formación universitaria de posgrado, que además tiene un perfil de músico, combinado además con una carrera de corte educativo, social o sanitario».
«Los artículos que han recogido y examinado la bibliografía publicada sobre musicoterapia en demencias revelan que hay una gran base de conocimientos sobre los múltiples beneficios que esta terapia puede ofrecer tanto a las personas con demencia, como a cuidadores familiares y profesionales (Brotons et al. 1997; Vink et al. 2003; Sherratt et al. 2004; Witzke et al. 2008; Raglio et al. 2012, Li et al. 2014). No obstante, debemos tener en cuenta la revisión COCHRANE realizada por Vink et al, en la que se destaca la necesidad de realizar estudios más rigurosos que proporcionen evidencia sustancial para apoyar el uso de la musicoterapia con esta población (adecuados métodos de aleatorización, evaluadores ciegos, medidas de resultado fiables y validadas)”.
Actualmente la mayor parte de los equipos que trabajan en demencias están formados por equipos interdisciplinares, combinando terapias tanto farmacológicas como no farmacológicas: geriatras, internistas, nutricionistas, logopedas, psicólogos, neuropsicólogos, musicoterapeutas, arteterapeutas, fisioterapeutas, terapeutas de asistencia con perros, terapeutas ocupacionales, auxiliares, animadores socioculturales, psiquiatras, trabajadores sociales, etc., con el fin de hacer una intervención centrada en la persona.
Logopedia y musicoterapia en Enfermedad de Alzheimer
El área más susceptible de ser trabajada por las disciplinas es la de comunicación y lenguaje. El logopeda y el musicoterapeuta pueden trabajar juntos en la búsqueda de programar unos objetivos para la mejora de las funciones comunicativo-lingüístico. En nuestro país, además, contamos con profesionales que tienen ambos perfiles en una misma persona, lo que hace que sea aún más especializado tener en un equipo a un logopeda-musicoterapeuta que pueda trabajar en conjunto con el logopeda del centro.
Es muy importante trabajar bajo el paradigma de la atención centrada en la persona (ACP) y definir los objetivos de trabajo conjunto. Existen muchos programas donde se hacen intervenciones conjuntamente planteadas con logopeda y musicoterapeuta o incluso fisioterapeuta y musicoterapeuta, además de aquellos que se hacen aplicados a la vida diaria (para ayudar en las transferencias, en el aseo diario, en las comidas…etc.).
Neurorehabilitación, logopedia y musicoterapia
Para comenzar el tratamiento, hay que realizar una buena valoración con las baterías estandarizadas y no estandarizadas por parte del logopeda, una buena historia clínica y evaluación neuropsicológica, y por parte del musicoterapeuta realizar un buen assesment o evaluación inicial (Mercadal y Martí, 2008). En este sentido, el musicoterapeuta recopilará la información que pueda obtener del resto de profesionales.
En este assesment se compilan aquellos aspectos fisicomotrices, cognitivos, socioemocionales y conductuales observados en alguna sesión previa de evaluación. Es cierto que si el tratamiento es conjunto con el logopeda, o centrado en el área comunicativo-lingüística se hará más hincapié en los resultados de esas valoraciones para plantear los objetivos terapéuticos.
El musicoterapeuta realiza posteriormente una “autobiografía musical”, “cuestionario de preferencias musicales” o “historia de vida musical”; es decir, una recopilación de preguntas para el paciente (o bien su familiar o cuidador principal), sobre cuál es su música preferida, cuál es la que no le gusta, si tiene algún cantante o grupo preferido, si ha sido músico o pertenecido a algún grupo de baile; es decir sus vivencias musicales. Con esto, se plantean los objetivos de trabajo conjunto.
Para Baker y Tamplin (2006), la neurorehabilitación puede realizarse con distintas técnicas. El habla y la música comparten redes neuronales o se procesan a través de redes muy cercanas. Varias regiones corticales se distribuyen de forma bilateral y están relacionadas con el córtex auditivo, el hipotálamo o la amígdala. Algunos estudios indican que la escucha de una tono determinado o estímulos más ruidosos realizan distintas funciones en ambos hemisferios porque realiza activaciones bilaterales de ambos hemisferios, aunque estén dañadas ciertas áreas.
¿Dónde, cómo y con qué pueden trabajar en conjunto musicoterapeuta-logopeda?
- Terapia de entonación melódica
Surgida en los años 70, Sparks y cols. (1986) elaboraron un protocolo para pacientes con afasias no fluentes denominado MIT (Melodic Intonation Therapy). A través de esta técnica, incorporando determinadas propiedades musicales en un programa de habla, las frases se entonan de determinada manera con énfasis en determinados puntos, líneas melódicas y rítmicas y combinadas con alguna frase hablada. En otras palabras, las caracterísitcas normales de un habla normal son exageradas para formar una frase melódica, denominada “sprechsang”.
Más tarde, modificada y mejorada por Baker (2000), el principal concepto es que el paciente internalice las frases melódicas para una funcionalidad en el lenguaje. Las frases seleccionadas para practicar deberían ser significativas para una comunicación funcional. Cuando se construye una serie de frases melódicas, cada frase en el programa MMIT (o terapia melódica modificada) no debería ser demasiado similar en ritmo melodía sobre las otras frases para garantizar que el paciente no confunde las frases.
- Musicoterapia y Apraxia del habla
La intervención busca una clara y consistente articulación durante el canto terapéutico, por ejemplo. Se pretende generar unos patrones de habla a través del canto, lo que es el mejor comienzo en cualquier sesión. Los musicoterapeutas o logopedas utilizan canciones improvisadas o compuestas para la ocasión o aquellas significativas para el paciente. La repetición es esencial y disminuye el error con la práctica. También aquí la terapia de entonación melódica resulta muy interesante.
- Musicoterapia y Disartria
El aspecto primordial afectado es su inteligibilidad, lo que provoca además un impacto muy importante a nivel no solo comunicativo sino emocional para el paciente y su entorno. El rol de la musicoterapia aquí es trabajar conjuntamente con el logopeda para ayudarle a mejorar esta inteligibilidad de su habla (Baker y Tamplin, 2006).
Hay algunas áreas susceptibles de trabajarse: respiración, fonación, articulación, resonancia y prosodia. Se ha observado que además de la terapia de entonación melódica, el canto terapéutico es una técnica muy buena para esto, porque construye nuevas relaciones neurales que implican mejoras en el habla en cuanto a dirección, velocidad, fuerza y mejora del tono fundamental (Van der Merwe, 1997).
- Musicoterapia en otras alteraciones de la EA y el deterioro cognitivo
Otros trastornos donde se puede hacer un trabajo musicoterapéutico y logopédico son en aquellos pacientes que también tienen disprosodia: por ejemplo, estudios afirman que hay evidentes mejoras con el uso de las distintas técnicas musicoterapéuticas para incrementar o disminuir la frecuencia fundamental y devolver las inflexiones vocales necesarias para un habla lo más funcional posible y acorde a las expectativas del paciente.
Se puede trabajar a través del canto terapéutico, el songwriting, el sprechsung y la selección de músicas de preferencia especial del paciente para fomentar la motivación del paciente en las que haya diversos acordes y trabajo vocal a distintas alturas, usando alternancia entre diversos intervalos musicales y tonalidades.
La intervención en pragmática también se realiza puesto que los pacientes con Enfermedad de Alzheimer a menudo tienen dificultades en esta área. La pragmática del lenguaje maneja una serie de reglas de comunicación verbal que incluyen iniciar y terminar el habla, mantener el contacto ocular o mantenerse en el contexto de la conversación. Una técnica utilizada en este aspecto es el songwriting, como para ofrecerle al paciente estrategias conversacionales.
Podemos trabajar muchos más aspectos alterados de la enfermedad de Alzheimer combinando ambas disciplinas. Como conclusión, existe una gran evidencia científica sobre los efectos terapéuticos de la música en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, y los efectos positivos para la rehabilitación del lenguaje y la comunicación.