Con el objetivo de identificar a los individuos con un mayor riesgo de desarrollar en un futuro la Enfermedad de Parkinson, investigadores del Clínic-IDIBAPS lideran el estudio ‘Envejecimiento cerebral saludable’ o ‘HeBA’ (por sus siglas en inglés, Healthy Brain Aging), en el que participan también las Universidades de Luxemburgo, Kassel e Innsbruck.
Este estudio centrado en el Parkinson trata conseguir información sobre 10.000 personas españolas que no tengan problemas neurológicos de entre 50 y 80 años. Es la mayor encuesta al respecto que se ha realizado en España, se quiere obtener datos de 40.000 personas en toda Europa.
El estudio HeBA trata de identificar cuanto antes las personas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson. Para obtener esta información, se ha diseñado un formulario online con preguntas sobre factores que se cree que están asociados a un mayor riesgo de padecer Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas.
El estudio examinará científicamente la idoneidad de estos cuestionarios como instrumentos de detección precoz, y en una segunda fase del estudio, se invitará a una parte de los participantes al acudir al hospital para un examen más detallado.
La muerte de las células comienza muchos años antes de los primeros síntomas
Tal y como señalan los investigadores, el objetivo más importante en la investigación de la enfermedad de Parkinson es encontrar un tratamiento que cure o ayude a frenar su progresión. Y es que en la actualidad se diagnostica cuando ya existe un daño irreversible en el cerebro. La degeneración y pérdida de neuronas cerebrales se inicia muchos años antes de que la enfermedad, con el temblor y la lentitud de movimientos, se haga patente.
Además, no se conoce bien los factores de riesgo (genéticos, ambientales, de estilo de vida) que hacen que se desarrolle, pero sí se sabe que las personas con pérdida de olfato o con un familiar cercano diagnosticado de Parkinson tienen más posibilidades de sufrirla. Identificar cuáles son estos factores de riesgo permitirá diagnosticarla antes de que se presenten los daños cerebrales irreversibles. Si bien la mayoría de las personas nunca contraerán la enfermedad de Parkinson, la participación en HeBa puede ayudar a descubrir quién la contrae, quién no la contrae y por qué.
Uno de los motivos por los que no existe un cura para la mayoría de estas enfermedades es que, cuando se diagnostican, ya se ha perdido gran parte de las células nerviosas de manera irreversible. Con el Parkinson, por ejemplo, cuando se realiza el diagnóstico ya se ha perdido el 50-70% de las células productoras de dopamina. La muerte de las células comienza muchos años antes de que aparezcan los primeros síntomas.
Las investigaciones que se han llevado a cabo hasta el momento sugieren que los problemas como la ansiedad, la depresión, la falta de memoria, los cambios de personalidad, los trastornos del sueño, el estreñimiento o los trastornos olfativos pueden aparecer hasta 20 años antes de que se manifiesten los síntomas que conducirán al diagnóstico de la enfermedad.
Es probable, sin embargo, que muchas personas, a medida que envejecen, presenten alguno de estos síntomas sin padecer después una enfermedad neurodegenerativa. El objetivo del estudio liderado por CLÍNIC-IDIBAPS es identificar a aquellas personas que presenten uno o varios de estos síntomas y que tengan un riesgo especialmente alto de padecer alguna de estas enfermedades.
Los investigadores principales del estudio HeBA son la Dra. M. Jose Martí y el Dr. Eduard Tolosa de la Unidad de Parkinson y trastornos del movimiento del Hospital Clínic de Barcelona y del grupo de investigación del IDIBAPS Enfermedad de Parkinson y otros trastornos neurodegenerativos del movimiento: investigación clínica y experimental. La Dra. Alícia Garrido, neuróloga, también forma parte del equipo investigador.
Parkinson, una enfermedad multisistémica de aparición paulatina y evolución progresiva
La enfermedad de Parkinson es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de la enfermedad de Alzheimer. Se caracteriza por ralentización motora, rigidez, temblor y alteración de la marcha. Aunque en la actualidad no existe ningún tratamiento curativo o modificador de la evolución de la enfermedad, si se dispone de muchos fármacos e incluso de tratamiento quirúrgico para mejorar los síntomas.
La aparición de esta enfermedad neurodegenerativa es paulatina y la evolución progresiva. Actualmente se considera una enfermedad multisistémica con muchos síntomas no-motores, además de los motores. Se ha descrito una incidencia (casos nuevos por año) de entre 8 a 19 por 100.000 personas y año en la población general. Es rara en personas menores de 40 años y aumenta con la edad. A los 65 años sería aproximadamente de 50 por 100.000 y los 85 años de 400 por 100.000.