La prevalencia del dolor neuropático en España es de un 30-45%, según estudios realizados desde el ámbito de la Atención Primaria, que, en muchas ocasiones, es la puerta de entrada de los pacientes con este tipo de dolor, tal y como expuso el Dr. Jesús Figueroa, jefe de Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, en una mesa organizada por Grünenthal Pharma sobre dolor neuropático celebrada en el marco del 60º Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
El dolor neuropático periférico (DNP) es un dolor causado por una lesión o enfermedad del sistema nervioso somatosensorial periférico circunscrito a un área de máximo dolor y con sensibilidad alterada. “Como consecuencia de la disfunción del sistema nervioso periférico puede producirse una alteración de la función sensorial que se traduce en la aparición de signos y síntomas diversos”, indicó el Dr. Figueroa, moderador de la mesa de dolor neuropático. Hay “algunos negativos como el entumecimiento o la hipoestesia, y otros positivos que pueden ocurrir de forma espontánea o provocada por un estímulo, entre los que son frecuentes las parestesias, disestesias, hiperalgesia y la alodinia”, afirmó este experto.
En su intervención, el Dr. Figueroa recalcó la importancia de la Atención Primaria para su detección precoz para minimizar el impacto de este dolor en el paciente, ya que “la Atención Primaria, muchas veces puerta de entrada del paciente con este tipo dolor, ha realizado una buena gestión formativa en dolor neuropático. Esto ha permitido un diagnóstico más temprano, mejorando de forma muy notable el abordaje terapéutico que debe ser multidisciplinar”.
Asimismo, el doctor subrayó que, para los pacientes con dolor neuropático es fundamental “el diagnóstico precoz, el abordaje multidisciplinar y la toma de decisiones terapéuticas basadas en la evidencia científica”, señalando que existen “diferentes alternativas de tratamiento: terapia física, farmacológica e intervencionista no sólo en la diana terapéutica del dolor sino también en el impacto funcional del dolor en el paciente”.
Respecto a la prevalencia del dolor neuropático “aunque los estudios son limitados, se ha estimado una prevalencia en la población general de 1,5%”, indicó el doctor. No obstante, “es verdad que estudios que se han centrado en algunas causas en particular, han determinado una prevalencia mayor”. “Un estudio epidemiológico llevado a cabo en España sobre un total de 2.173 pacientes atendidos en clínicas del dolor, mostró una prevalencia del 51,9% de dolor neuropático”. Además, “otros estudios realizados en España en el ámbito de la Atención Primaria han ofrecido tasas de prevalencia de dolor neuropático en general entre el 30 y el 45%”, aseguró el jefe de Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.
“El dolor neuropático periférico tiene unas características muy especiales y responde mal al tratamiento analgésico habitual”. “Se trata de un dolor que, si no se trata adecuadamente, en ocasiones, puede evolucionar hacia la cronicidad”, advirtió el experto en Medicina Física y Rehabilitación. Además, aunque no hay un perfil de paciente con esta dolencia, el doctor incidió en que “hay situaciones premórbidas como la diabetes, herpes zoster, cirugías previas, procesos oncológicos, etc., que nos deben hacer estar especialmente atentos en la identificación de este tipo de dolor”.
Osteoporosis, un proceso asintomático y crónico, que no tiene un tratamiento curativo
La osteoporosis fue protagonista otra mesa redonda organizada por Grünenthal Pharma en el marco del 60º Congreso de la SERMEF. Esta patología que afecta a un 5,6% de la población española, según el último informe de la Fundación Internacional de la Osteoporosis, lo que supone casi 3 millones de personas, especialmente en mujeres a partir de 50 años.
“Una de las características de este proceso es que se manifiesta de manera asintomática, por lo que es muy frecuente que pase desapercibida”, ha afirmó el Dr. José Antonio Expósito, especialista en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario de Valme (Sevilla). Por ello, “cuando se manifiesta, normalmente lo hace por una fractura por fragilidad del hueso, sobre todo fractura de cadera o vertebral, que tienen una alta mortalidad y morbilidad”.
“La osteoporosis es un proceso crónico, que no tiene un tratamiento curativo”, aseguró el doctor, quien, sin embargo, ha reconocido que sí se puede “controlar” y “prevenir” a través de “unos hábitos de vida saludables y un tratamiento farmacológico correctamente indicado”. En cuanto a su tratamiento, “depende de muchos factores y debe ser individualizado con respecto al programa de ejercicio terapéutico como al tratamiento farmacológico”.
“Esto nos obliga a los médicos rehabilitadores a estratificar el riesgo del paciente a sufrir una fractura por fragilidad siguiendo escalas internacionalmente aceptadas. Según ese nivel de riesgo, otras posibles patologías que pudiera presentar o el estado físico y funcional que presente el paciente, se prescribirá un tratamiento farmacológico específico para cada caso y se indicará un programa de ejercicio personalizado”.
Además, el experto del Hospital Universitario de Valme hizo especial hincapié en el papel de los profesionales sanitarios y en su “obligación de tener una formación actualizada en la atención a la osteoporosis, ya que los avances terapéuticos y tratamiento innovadores van mejorando progresivamente los resultados en estos procesos”.