Aunque el autismo es un tipo de trastorno neurobiológico del desarrollo que suele diagnosticarse en personas muy jóvenes, pero esta patología puede afectar a todo el mundo, incluso a personas de edad avanzada. Además, las personas con autismo también envejecen y es fundamental tener conocimientos de cuidados específicos para garantizar su envejecimiento activo, participativo, saludable y satisfactorio.

El TEA (Trastorno del Espectro Autista) se percibe mediante deficiencias continuas en la comunicación y la interacción social. Este tipo de patología suele aparecer en los primeros años de vida de una persona. A partir de los 2 y 3 años, se empiezan a detectar ciertos patrones de conducta que hacen evidentes esta patología. El autismo afecta la habilidad del cerebro para desarrollar las habilidades sociales y de comunicación normales y conductuales.

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Cada vez son más las personas con autismo que superan la mediana edad y comienzan a envejecer

La causa principal del Trastorno del Espectro Autista sigue siendo desconocida. No obstante, es conocido que la genética de las personas junto a los factores del entorno pueden ser los causantes de este tipo de enfermedades. Algunos de los síntomas que permiten identificar el autismo son la ausencia de respuesta a gestos y miradas, el aislamiento, los problemas de lenguaje, los comportamientos repetitivos, entre otras muchos.

Muchas de las personas diagnosticadas con TEA en España son relativamente jóvenes y aún no han alcanzado edades muy avanzadas. No obstante, cada vez son más quienes superan la mediana edad y comienzan a envejecer.

También se incrementa cada año el número de personas que reciben un diagnóstico de autismo en edades adultas. Resulta prioritario atender a su realidad y a las necesidades que se derivan de la misma, incluyendo los aspectos propios de los procesos de envejecimiento.

Es imprescindible incrementar el conocimiento sobre los procesos de envejecimiento de las personas con autismo, promoviendo sistemas de apoyo especializados que garanticen un envejecimiento activo y una óptima calidad de vida en esta etapa del ciclo vital.

Tal y como apuntan desde SEPES Atención Domiciliaria, en el cuidado de personas mayores ante este tipo de enfermedades es muy importante contar con empresas con cuidadores especializados en la materia. Además, ofrecer una atención domiciliaria al paciente es un punto muy positivo para la comodidad física y mental de la persona.

Para Gemma Montero, CEO de SEPES Atención Domiciliaria, «lo más importante es garantizar la calidad de vida de las personas mayores o con discapacidad ofreciendo unos excelentes servicios integrales de atención domiciliaria». «La finalidad de una buena atención domiciliaria es mantener la independencia y la individualidad de las personas dentro del ámbito familiar al que pertenecen con cuidadores especializados en la materia del autismo en las personas mayores».