La fisioterapia reduce el riesgo de padecer artrosis, mejora los síntomas y puede prevenir o retrasar la necesidad de cirugía, disminuyendo e incluso evitando también la necesidad de utilizar fármacos, tal y como recalca el el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
En este sentido, los fisioterapeutas madrileños reclaman una mayor presencia en los equipos interdisciplinares, tanto en la sanidad pública como en la privada, para poder aumentar su aportación mejorando la calidad de vida de las personas con artrosis.
Como señala Aurora Araújo, decana del CPFCM, “es muy importante que las personas con artrosis obtengan ayuda en cuanto comienzan los síntomas y la fisioterapia es una aliada imprescindible. Incluso, en quienes ya viven con la enfermedad, hay medidas que pueden tomar ahora mismo para evitar que empeore y para mejorar su calidad de vida y su bienestar”.
La artrosis, primera causa de incapacidad permanente
La artrosis es una enfermedad que afecta a cerca de 7 millones de personas en España. Es la primera causa de incapacidad permanente y la tercera de incapacidad laboral temporal, lo que supone además un elevado coste social y económico: más de 4.700 millones de euros al año para el sistema sanitario español.
Se estima que la artrosis también genera el 35% de las consultas en Atención Primaria. A la vez, es la mayor causa de pérdida de independencia en personas mayores. La artrosis es la enfermedad articular más común. Afecta, sobre todo, a rodillas y manos, junto a las zonas lumbar y cervical.
“A pesar de su elevada prevalencia, gran parte de la población no es consciente aún de que se pueden tomar medidas para reducir mucho las consecuencias de la enfermedad y frenar su avance”, señala la decana del CPFCM.
Esta patología se caracteriza por generar dolor en los pacientes, deficiencias funcionales, debilidad muscular y rigidez articular, mermando la calidad de vida de quienes tienen artrosis. Puede impedir actividades cotidianas como agarrar el pomo de una puerta, subir escaleras, bajar del autobús, caminar, cargar con la bolsa de la compra o abrir un bote.
Ejercicio terapéutico, un tratamiento apropiado para las personas con artrosis
La fisioterapia se apoya, entre otras herramientas, en el ejercicio terapéutico, un tratamiento de primera línea, apropiado para todas las personas con artrosis, independientemente de la edad, la gravedad de los síntomas de la enfermedad o el nivel de discapacidad, recomendación que también realizan otros colectivos sanitarios como los reumatólogos.
La fisioterapia plantea programas individualizados para cada paciente, que pueden reducir el riesgo de lesiones de rodilla hasta en un 50%. Se prescriben y adaptan de forma segura a las necesidades de cada persona.
Las investigaciones sobre la artrosis de cadera y rodilla demuestran que la actividad física ayuda significativamente a reducir el dolor más que el paracetamol. En este contexto, el ejercicio terapéutico es una “medicina”.
Además, la fisioterapia brinda asesoramiento y educación sobre cómo aliviar el dolor y las formas de controlar la enfermedad, enseñando a las personas que viven con artrosis cómo mejorar el movimiento de las articulaciones, la marcha y fortalecer los músculos.
La actividad física regular también reduce el riesgo de padecer artrosis, fracturas de cadera y de caídas en las personas mayores, y puede prevenir o retrasar la necesidad de cirugía. A la vez, aumenta la independencia.
Cuando se necesita una sustitución articular, muchas personas acuden a fisioterapia antes y después de la operación para prepararse y obtener el máximo beneficio de la cirugía, y recuperarse en un plazo más corto y en las mejores condiciones.
Principales factores que aumentan el riesgo
La causa exacta de la artrosis no se ha podido identificar aún. Los principales factores que aumentan el riesgo incluyen:
- lesión articular previa: a cualquier edad (incluso, de niño, joven o adulto);
- sobrepeso/ obesidad: ejerce presión sobre las articulaciones (especialmente, sobre la cadera y la rodilla) y aumenta la inflamación articular;
- la edad: el riesgo de padecer artrosis aumenta a medida que se envejece;
- ser mujer: la osteoartritis es más común en las mujeres que en los hombres.
En las últimas tres décadas (1990-2019), el número de afectados por artrosis a nivel global ha aumentado un 48%. Hay 520 millones de personas en el mundo que tienen artrosis. En España, y solo teniendo en cuenta la evolución de la artrosis de rodilla, ha pasado de 256.046 casos en 2011 a 1.209.637 casos en 2019 (aumento del 372%, casi se ha quintuplicado).
En las mujeres, la artrosis suele aparecer a partir de los 55 años; principalmente, en manos y rodilla. El 80% de las mujeres con menopausia sufre algún dolor articular y, de ellas, el 50% lo reconoce como intenso. En el caso de los hombres, es más prevalente por debajo de los 45 años y afecta a la articulación de la cadera. Más del 70% de mayores de 50 años tienen indicios de artrosis en alguna localización y el 100% a partir de los 75 años.
“Tradicionalmente, la artrosis se veía como una enfermedad inevitable ligada al envejecimiento y al desgaste físico de la población. Sin embargo, hoy sabemos que la artrosis afecta también a deportistas de élite, mujeres menopaúsicas, personas con sobrepeso e incluso jóvenes, no es solo cosa de mayores”, explica Aurora Araújo.