Durante su intervención en el III Simposio del Observatorio de la Sanidad de El Español, celebrado bajo el titulo de “Mirando hacia el futuro del sistema sanitario”, Lourdes Rivera, directora general de Amavir y vicepresidenta de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), puso en valor la labor que se hace en las residencias españolas de personas mayores y cómo se han profesionalizado durante los últimos años.
En este evento se analizó la realidad sanitaria desde el punto de vista de los retos farmacéuticos, la interoperabilidad y la salud digital, entre otros asuntos. Uno de ellos fue precisamente la evolución de la atención en residencias de mayores, en el que además de Rivera participó también Fernando Benavente, director general de Valdeluz Mayores.
En su intervención, la vicepresidenta de AESTE recalcó la necesidad de potenciar la coordinación sociosanitaria y más después de lo vivido durante la pandemia de coronavirus. Esta coordinación ha venido exigiéndose desde hace muchos años por parte del sector de residencias, pero el coronavirus ha demostrado que es ya una exigencia ineludible.
Como señaló Lourdes Rivera, “desde hace tiempo las residencias venimos dando cobertura a muchísimas personas que precisan una asistencia hospitalaria. Somos capaces de hacerlo, y lo estamos haciendo de una manera cada vez más profesionalizada, pero necesitamos esa coordinación con la Sanidad que no termina que llegar, porque indudablemente nosotros no tenemos los medios que tienen los hospitales”.
Rivera quiso subrayar la labor de los equipos de las residencias, que están siendo capaces de mejorar sustancialmente la calidad de vida de muchos residentes, personas que llegan a veces desde los hospitales o los hogares con problemas de salud muy graves y con poca esperanza de vida y que ven cómo el trabajo realizado en las residencias les proporciona una visible recuperación. Personas, incidió que no son de 65 años, como a veces se piensa, puesto que la medida de edad en las residencias supera los 80 años y la gran mayoría de los residentes presenta patologías graves, necesitando cuidados médicos cada vez más especializados.
La directora general de Amavir y vicepresidenta de AESTE, afirmó que “somos muy necesarios para la sociedad, sobre todo en un contexto de progresivo envejecimiento de la población y de una oferta claramente insuficiente por parte del sector público”. Eso lleva, según Rivera, a que las tasas de ocupación de las residencias se hayan recuperado después de la pandemia, “porque sigue haciendo mucha falta la atención especializada a personas mayores y dependientes”. Sin embargo, advirtió, hay cuestiones que añaden incertidumbre al sector.
Entre ellas destacó, la incertidumbre jurídica, con un nuevo acuerdo de acreditación recientemente aprobado que va a complicar la construcción de nuevas residencias, y más aún en entornos rurales. También, la incertidumbre económica, vinculada a que ese acuerdo se ha aprobado sin una memoria económica, lo que se une a los históricos problemas de financiación de la dependencia en nuestro país. Y la injusta imagen de las residencias que se quiere transmitir a veces desde la política y los medios de comunicación.
En relación a este asunto, Rivera demandó una cobertura mediática equilibrada, en la que se ponga también en valor todo lo bueno que hace el sector. “La inmensa mayoría de los residentes consideran la residencia como su propio hogar, están bien atendidos y satisfechos”, concluyo Lourdes Rivera.