El Servicio de Cardiología del Hospital del Mar ha demostrado que aplicar un protocolo de seguimiento telefónico a las personas que han sufrido un infarto incrementa de forma notoria el cumplimiento de los niveles recomendados en las guías clínicas del colesterol en sangre.
Gracias a la aplicación de este nuevo protocolo telefónico, los especialistas del la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar y el Grupo de Investigación biomédica en enfermedades del corazón del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) han logrado disminuir el alto riesgo de sufrir un nuevo infarto u otra enfermedad cardiovascular en los pacientes y lograr controlar uno de los principales factores de riesgo, tener niveles altos de colesterol LDL, el llamado colesterol malo.
De hecho, se ha alcanzado un nivel de cumplimiento de los niveles establecidos por las guías clínicas del 71%. Es decir, de los 497 pacientes seguidos en el periodo estudiado, 327 llegaron al nivel de colesterol en sangre recomendado. Una cifra que está muy por encima del poco más del 30% registrado de media en el mundo.
Esta buena adherencia al tratamiento se mantiene en el tiempo, ya que, al cabo de doce meses del infarto, el 71% de los pacientes todavía tiene un buen control del colesterol LDL. Antes de la aplicación del nuevo protocolo, el seguimiento de la evolución de estos casos una vez recibían el alta se llevaba a cabo por los especialistas en Cardiología de la atención primaria.
Publicado la revista Frontiers in Cardiovascular Medicine, este trabajo valida el protocolo de seguimiento de estas personas que ya se aplica en el Hospital del Mar, centro pionero en Cataluña en usar una herramienta de este tipo.
Como destaca la Dra. Sonia Ruiz, médica adjunta del Servicio de Cardiología, investigadora del IMIM-Hospital del Mar y autora principal del estudio, «disponemos de una consulta creada específicamente para cumplir el seguimiento y no ser tolerantes, laxos, con el objetivo de conseguir que los pacientes logren los niveles de colesterol recomendados, consiguiendo unos resultados que en Cataluña no sabemos que haya obtenido nadie».
Con este protocolo las personas que han sufrido un infarto, más allá de seguir un proceso de rehabilitación cardíaca que incluye educación en hábitos de vida saludables, ya tienen concertada una analítica para evaluar sus niveles de colesterol seis semanas después del alta. Una semana después, un cardiólogo revisa los resultados y se pone en contacto con ellos por teléfono para evaluar su estado y, si hace falta, ajustar el tratamiento con los medicamentos que toman para controlar el colesterol.
En los casos en los cuales no se ha llegado al objetivo fijado por las guías clínicas, que en el momento del estudio era de menos de 70 mg/dL de colesterol LDL en sangre, se ajusta el tratamiento y se programa una segunda analítica un mes y medio más tarde, con una nueva visita telemática. «En doce semanas, todos los pacientes, tienen el tratamiento óptimo que necesitaban o que toleran, porque también se revisan los efectos secundarios de la medicación, a pesar de que solo un 10% los sufren», apunta la Dra. Ruiz.
Colesterol LDL, un factor de riesgo para el corazón
Tal y como advierten los cardiólogos del Hospital del Mar, uno de los principales factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares es presentar niveles altos de colesterol LDL, lipoproteínas de baja densidad, ya que puede generar placas en las arterias que afecten a la circulación de la sangre, llegando a bloquearla. En los casos de personas que han sufrido un infarto es vital reducir la cantidad de grasa en sangre para evitar un nuevo accidente isquémico.
Esto se consigue con un abordaje múltiple, que pasa por la rehabilitación cardíaca y educación sanitaria y un tratamiento farmacológico con estatinas y otros medicamentos.