Un artículo de Manuel Sobejano Cortijo, Educador Social en ASPAYM Castilla y León
El envejecimiento de la población es una realidad, de hecho, en la última década en Europa las personas mayores de 80 años se han duplicado y en el caso de los mayores de 65 años la población de este rango de edad ha crecido un 5% en 10 años. Castilla y León es una de las comunidades autónomas más envejecidas de España, ya que el 25,6% de la población tiene más de 65 años, lo que supone 6 puntos porcentuales más que en resto del país.
Una parte importante de esta población se encuentra en situación de fragilidad o vulnerabilidad y un porcentaje muy elevado reside en el medio rural. De forma que a todas las dificultades planteadas se suma la escasez de servicios y de prestaciones en estas zonas, lo que complica la posibilidad de que los mayores permanezcan en su hogar.
Por eso, desde ASPAYM Castilla y León nos hemos marcado como uno de los ejes prioritarios la mejora de calidad de vida de la población más envejecida y lo hacemos a través de diferentes programas de prevención de la dependencia y de envejecimiento activo.
Para ello, hemos puesto en marcha el Proyecto FISIOMER de atención integral en el medio rural que, hasta la fecha, cuenta con delegaciones en Matapozuelos (Valladolid), Camponaraya (León), Sahagún (León), Paredes de Nava (Palencia), Villadiego (Burgos) y Villalpando (Zamora).
Asimismo, trabajamos para detectar las necesidades reales de este grupo de población. En cuanto a las vinculadas con el bienestar físico se encuentran la necesidad de autonomía, independencia y autocuidado, la prevención de enfermedad y discapacidad o la accesibilidad.
En lo relativo al bienestar mental cognitivo y emocional destacan la necesidad de estimulación, de autoconocimiento y asimilación de situaciones, así como mantener un nivel anímico y emocional positivo.
Por último, se encuentran los factores vinculados al bienestar social y relacional como la necesidad de acceso a la información, las redes de convivencia y las relaciones personales o el ocio. Además, de forma transversal a las tres áreas, se encuentra la necesidad de acceso a los diferentes recursos y servicios de carácter público y privado.
El trabajo de entidades e instituciones en este campo es fundamental, pero también es importante una implicación personal tanto por parte de la población afectada como de sus familias para garantizar un envejecimiento de mayor calidad.
Entre los beneficios del envejecimiento activo cabe destacar:
- Tasas de mortalidad más bajas
- Prevención de enfermedades cardiovasculares
- Conservación de las funciones cognitivas
- Mejora del sistema inmunológico
- Ralentización del deterioro óseo
- Prevención de caídas
- Mayor socialización, evita el aislamiento
- Sentimiento de pertenencia
- Diversión y mejor estado anímico
- Menor riesgo de depresión, ansiedad o estrés
- Nuevos conocimientos
Para lograr resultados es importante comenzar el trabajo personal a edades tempranas y dedicar aproximadamente una hora diaria a la estimulación cognitiva y la actividad física. Eso sí, hay que tener en cuenta que los ejercicios deben estar adaptados a nuestras capacidades.
- Ejercicio físico
Las personas que llevan una vida sedentaria pueden comenzar por una actividad sencilla como caminar media hora al día o hacer caminatas más largas tres días a la semana. Es recomendable que tanto el tiempo como la intensidad se vaya graduando de forma progresiva.
Para las personas más activas también son interesantes otro tipo de actividades como gimnasia de mantenimiento, pilates, yoga, natación o baile.
- Estimulación cognitiva
En este caso los ejercicios dependerán en gran medida de las capacidades y de la edad de la persona. No obstante, en líneas generales son recomendables los crucigramas, sopas de letras, sudokus y por supuesto la lectura y la escritura. Además, son de gran interés los talleres específicos de estimulación cognitiva, memoria o risoterapia.
Las actividades artísticas como la pintura o las manualidades también tienen grandes beneficios, ya que favorecen la creatividad y mejoran la autoestima. Por su parte, los juegos de mesa contribuyen a mantener la capacidad de razonamiento, la memoria y facilitan la socialización.
- Relaciones personales
Son otro de los factores clave durante el envejecimiento. Es frecuente que las personas de edad avanzada salgan menos de casa y tan solo se relacionen esporádicamente con personas de su entorno. Sin embargo, hay numerosos estudios que evidencian que las relaciones sociales tienen una repercusión positiva en la longevidad de las personas.
En todo caso, para que estas tareas resulten gratificantes y no supongan un esfuerzo es necesario generar rutinas y establecer horarios para cada una de las actividades, de modo, que se acaben convirtiendo en procesos automatizados y amenos. Tampoco hay que olvidar otras recomendaciones importantes como una buena alimentación e hidratación. Nunca es tarde para empezar una vida más activa.
5 pasos esenciales para un envejecimiento activo y de calidad
- Buena alimentación
- Actividad física
- Actitud positiva y proactiva
- Realizar ejercicios de estimulación cognitiva y actividades de ocio
- Contar con una red de apoyos