En torno al 10% de los españoles sufre un dolor muy severo que tiende a cronificarse y que supone un gasto sociosanitario anual equivalente al 3% de PIB en Europa. Con los tratamientos actuales, sólo un 40-60% de los pacientes con dolor neuropático logran un alivio notable.
Desde 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que el dolor se catalogue, y se aborde como una enfermedad en sí misma, no sólo como un síntoma, ya que afecta cada año a millones de personas en todo el mundo, cambiando su calidad de vida.
Según datos manejados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España, un 32% de la población adulta sufre algún tipo de dolor, aunque sólo estaría diagnosticado en un 27%, sobre todo entre los de 45 y los 54 años de edad y mayoritariamente en mujeres (60%).
Alrededor del 40% de las consultas de Atención Primaria en España están relacionadas con el padecimiento del dolor, que cuando supera los tres meses de permanencia en la persona se considera crónico (sobre un 17% de afectados en nuestro país). A esto, la OMS califica como la mayor amenaza para la calidad de vida a nivel mundial, suponiendo un coste sociosanitario superior al 3% del producto interior bruto en Europa. En el caso de España, representa la principal causa de absentismo laboral.
Cada año más de 400.000 nuevos casos de dolor neuropático
Tal y como explica el doctor Alan Luis Juárez-Belaúnde, Coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la SEN, «un alto porcentaje de las personas que sufren dolor crónico en España padece el neuropático, que tiende a la cronificación y que, a diferencia del dolor nociceptivo, no es causado como respuesta a un estímulo, sino que es un dolor causado por una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial, a nivel central o periférico, que hace que el sistema nervioso interprete como dolorosos ciertos estímulos que en realidad no lo son».
En España se producen cada año más de 400.000 nuevos casos de personas que comienzan a padecer dolor neuropático o con condiciones mixtas. Aunque los mecanismos desencadenantes no son del todo conocidos, sí se sabe que, con mucha frecuencia, surge asociado a enfermedades como la diabetes, herpes zóster, ictus, Parkinson o cáncer, bien como consecuencia de la enfermedad en sí o bien por haber tenido que someterse a ciertos tratamientos quirúrgicos o médicos.
«Los diversos mecanismos que pueden estar implicados en el dolor neuropático, y la habitual coincidencia de diversos síntomas y enfermedades en un mismo paciente, hace que el dolor neuropático tenga una enorme complejidad tanto de diagnóstico como de tratamiento. Y esto implica que, con mucha frecuencia, ni se diagnostique, ni se trate correctamente, con lo que esto supone en términos de pérdida de calidad de vida y de importantes limitaciones funcionales entre los pacientes», comenta el doctor.
Además, estos pacientes también experimentan depresión (34%), ansiedad (25%) y trastornos del sueño (60%). También se estima que el 41% de los pacientes con dolor neuropático han sufrido dolencias durante más de 5 años.
Complicaciones añadidas
A pesar de que en los últimos años se han dado grandes avances en su tratamiento, en muchas ocasiones, o no es bien tolerado por el paciente, o se pierde la adherencia terapéutica por distintos factores. Se estima que, con los tratamientos actuales, sólo un 40-60% de los pacientes logran un adecuado alivio de esta situación.
«En días como hoy se hace aún más necesario recalcar la importancia de mejorar el conocimiento sobre esta enfermedad y seguir investigando en nuevos tratamientos más eficaces. Ya que, además, con el aumento de la esperanza de vida de la población España y, por ende, de muchas de las patologías que pueden generarlo, se espera que su prevalencia en nuestro país aumente de forma muy considerable en los próximos años«, advierte el doctor Juárez-Belaúnde.