La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) considera urgente y prioritario afrontar profundas reformas e iniciativas públicas dirigidas a la mejora de las condiciones laborales en el sector; la implementación de recursos y formación para cuidadores no profesionales y la capacitación de más profesionales sanitarios y sociales.
La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) reclama políticas públicas que consigan una mayor profesionalización del sector de los cuidados, así como una mejora de las condiciones salariales y de vida de las personas cuidadoras. Y para lograrlo, la PMP estima necesario y urgente que las instituciones públicas incluyan en sus agendas políticas el reto que supone la creciente longevidad de la sociedad, la cual provocará una demanda cada vez mayor de cuidados de larga duración para las personas en situación de dependencia.
Según el Imserso, para 2040 serán necesarios alrededor de 300.000 trabajadores más en el sector de los cuidados; todo un desafío que exige repensar el modelo sociosanitario actual y una fuerte inyección económica por parte del Estado.
La escasa profesionalidad actual en el ámbito de los cuidados a la dependencia hace que se necesiten actuaciones específicas de mejora, tal y como demanda la PMP. Según datos de Cruz Roja Española, casi la mitad de las personas que cuidan a otras personas en situación de dependencia son familiares directos (un 47.5%); en su mayoría son mujeres (88,5%), lo que además de repercutir en su carga de tareas diarias, afecta a su salud física y mental. Además, en el 63,5% de los casos, los cuidadores y cuidadoras no profesionales tienen una vida laboral activa, por lo que trabajan y cuidan a otra persona de manera simultánea.
Además, el de los cuidados es uno de los sectores menos atractivos para trabajar, dadas sus precarias condiciones laborales y salariales. Se calcula que en torno al 80% de los cuidadores y cuidadoras no tienen capacitación específica para realizar las labores que requieren los cuidados a la dependencia, hasta el punto de que entre el 60% y el 70% de las empleadas del hogar están realizando hoy dichas tareas.
Con estos datos negativos, la Plataforma de Mayores y Pensionistas advierte de la necesidad urgente y prioritaria de profundas reformas e iniciativas públicas dirigidas a la mejora de las condiciones laborales en el sector; la implementación de recursos y formación para cuidadores no profesionales y la capacitación de más profesionales sanitarios y sociales.
Mayor profesionalización del sector
Además, la PMP reclama un marco normativo sobre cuidadores no profesionales, enfocado a una mayor protección social y una política fiscal activa, buscando la dignificación de su trabajo.
Tal y como muestran los estudios realizados por el Instituto de Estudios Fiscales (Ministerio de Hacienda) y por Analistas Financieros Internacionales (AFI), si los millones de horas de trabajo en cuidados realizados mayoritariamente por las mujeres se externalizaran y profesionalizaran tendrían un coste a precio de mercado en torno a 100 mil millones de euros al año (8 puntos del PIB).
Además, es de vital importancia para la PMP que se establezcan vínculos fluidos de coordinación entre los espacios comunitarios y los servicios públicos de atención sociosanitaria, servicios sociales, centros de día o residencias. Con toda esta red, articulada en proximidad, se puede responder de una forma más directa e individualizada a los requerimientos diferenciados de las personas mayores, en procesos de enfermedad o con necesidades esenciales.
La dimensión comunitaria de los cuidados y la importancia de las iniciativas colectivas, de su infraestructura material y social, es algo que ha quedado patente tras la pandemia y sin duda debe de ser recuperado, incentivado y apoyado desde lo público, según cree la plataforma por los mayores.
Por todo lo expuesto, la Plataforma de Mayores y Pensionistas reivindica como inaplazables los avances en políticas públicas que palíen las graves deficiencias existentes en un sector esencial para el futuro del estado de bienestar y que, al mismo tiempo, intervengan sobre las actuales desigualdades materiales, simbólicas y de valor que afectan a las personas cuidadoras.