La pérdida de audición se ha convertido en la tercera patología crónica después de la artrosis y la hipertensión. Según el último informe de la OMS, existen actualmente 1.500 millones de personas en el mundo con algún tipo de pérdida auditiva. Los expertos insisten en la importancia de la intervención precoz de la hipoacusia y las alteraciones del equilibrio en las personas mayores.
Tal y como recoge la segunda edición del Libro Blanco sobre la Presbiacusia, publicado por el Comité Científico de GAES, los costes anuales, directos e indirectos, de la pérdida auditiva no tratada son de 16.300 millones de euros en España. Esta discapacidad crónica afecta alrededor del 5% de la población mundial.
Sufrir presbiacusia, o pérdida auditiva por la edad, tiene efectos a nivel funcional, socio-emocional, en la salud y también en el plano cognitivo de las personas, pero también son muy importantes desde el punto de vista económico. Ocurre lo mismo con los trastornos del equilibrio, un problema médico ocasionado por una irregularidad auditiva que hace que uno se sienta tambaleante o mareado, que también tienen graves repercusiones económicas.
La pérdida de audición puede derivar en una reducción de ingresos, pérdida del puesto de trabajo, aumento en las tasas de bajas por enfermedad, dificultades para la progresión en el empleo y disminución en las oportunidades para el crecimiento dentro de la carrera profesional.
Se calcula que en 2025 el coste de estas pérdidas en Europa será de 213 billones de euros, y que 900 millones de personas en todo el mundo padecerán una sordera o dificultad auditiva, de las cuales 90 millones pertenecerán a Europa.
Pérdida auditiva, tercera patología crónica tras la artrosis y la hipertensión
Existe un porcentaje cada vez mayor de población anciana en las sociedades desarrolladas, lo que deriva en que su patología comporte un mayor impacto en la salud general. Se espera que hasta el 18% de la población mayor de 65 años presente pérdida auditiva, lo que la convierte en la tercera patología crónica después de la artrosis y la hipertensión. Este porcentaje aumenta al 40% cuando hablamos de personas mayores de 80 años.
Según el último informe de la OMS sobre la audición, publicado en marzo 2021, actualmente hay 1.500 millones de personas con algún tipo de pérdida auditiva, una situación que evidencia la necesidad de actuar con rapidez para prevenir y tratar las pérdidas auditivas, invirtiendo y ampliando el acceso a los servicios de atención otológica.
Ante esta realidad, los expertos destacan la importancia y el impacto positivo de la intervención precoz de la hipoacusia y de las alteraciones del equilibrio en las personas mayores. «Una intervención temprana será muy útil para mantener las habilidades comunicativas, cognitivas, mentales y de autonomía de los ancianos. Esta prevención mejorará su calidad de vida y reducirá el impacto negativo que produce su dependencia en sus cuidadores y en la sostenibilidad económica de los sistemas de salud», afirma el doctor Manuel Manrique, profesor y médico de la Clínica Universitaria de Navarra y miembro del Comité Científico de GAES.
Pese a ello, no existen subvenciones para el uso de audífonos en el caso del paciente de mayor de 16 años de edad, que no siempre dispone de los medios económicos para financiar estas prótesis auditivas. «Es una importante responsabilidad de los especialistas en Otorrinolaringología hacer conscientes a nuestros legisladores de esta situación y de la necesidad de una adecuada financiación que permita el acceso al tratamiento de la presbiacusia a toda la población», destaca la doctora Silvia Borkoski, del Hospital Universitario Materno-Infantil de Las Palmas de Gran Canaria.
Factores de riesgo para la pérdida auditiva
La mayoría de las pérdidas auditivas que se asocian a la edad tienen una base genética, pero pueden verse acentuadas por ototóxicos, medicamentos que provocan problemas de equilibrio y de audición, y por la exposición al ruido, entre otros factores.
Además, la fuerte contaminación acústica en el trabajo y también en los momentos de ocio puede ser disminuida, no sólo como una iniciativa saludable a nivel de cada individuo, sino también con la ayuda de una legislación que marque limitaciones.
Como señalan los especialistas de GAES, hoy en día, la causa más temible de exposición al ruido durante muchas horas y a niveles lesivos se da en la utilización de sistemas de audio del tipo MP3, especialmente con auriculares de inserción. Es fundamental crear y expandir estrategias preventivas, como educar a la población sobre la salud auditiva, porque ayudaría a reducir el daño de la pérdida auditiva inducida por el ruido.