Según dos estudios de reciente publicación, la insuficiencia cardiaca afecta al 2,34% de los adultos españoles, suponiendo un alto coste para la sanidad pública, que va asociado a la utilización de recursos sanitarios, fundamentalmente por las rehospitalizaciones.
La insuficiencia cardiaca se caracteriza por presentar prevalencia e incidencia creciente, afectando en la actualidad a 2,34% de la población adulta española. Es una patología que supone un coste elevado para el sistema sanitario.
Estas son afirmaciones derivadas de los resultados obtenidos en dos estudios realizados en España, con la colaboración de AstraZeneca, para los que se ha contado con una muestra poblacional formada por 2 millones de ciudadanos, representativa de la población española, con un seguimiento desde 2013 a 2019.
El doctor Juan Delgado, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario 12 de Octubre, investigador del CIBERCV (Centro de Investigación en Red de Enfermedades Cardiovasculares) y uno de los autores de ambos estudios, afirma que «la partida más relevante es la hospitalización, y con marcada diferencia». «La hospitalización representa las tres cuartas partes de coste total, siendo el resto atribuible al coste asociado a gasto farmacéutico, atención extrahospitalaria y costes indirectos», añade el doctor Delgado.
Insuficiencia cardíaca, una patología creciente
Se trata de una patología compleja, ya que en función de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI), una medida del porcentaje de sangre que sale del corazón cada vez que se contrae, se distinguen tres fenotipos:
- insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (ICFEr, FEVI menor o igual al 40%)
- ligeramente reducida (ICFElr, FEVI del 41 al 49%)
- y preservada (ICFEp, FEVI mayor o igual al 50%)
«El 49% de la población estudiada presentaba ICFEr, el 38% ICFEp y el 4% ICFElr; en el resto de los casos, no constaba la FEVI. Es destacable el hecho de que el coste asociado a la utilización de recursos sanitarios fue sustancialmente más elevado en el fenotipo ICFEr», explica el doctor.
Una de las posibles razones por las que el uso de recursos sea más elevado entre los pacientes con ICFEr es que, según recalca el profesional, «el estudio de la enfermedad requiere en muchos casos de procedimientos costosos».
Otra es que este fenotipo, que se da en población más joven, cuenta con opciones terapéuticas que han demostrado modificar el pronóstico de la enfermedad y que suponen mayor gasto, como los dispositivos eléctricos tipo resincronizador y desfibrilador, además de los tratamientos farmacológicos y su mayor frecuencia de rehospitalización.
La importancia del diagnóstico precoz
En los últimos años se han dado importantes avances en la atención sanitaria a los pacientes de insuficiencia cardiaca, pero todavía queda por mejorar. «El primer aspecto para lograr optimizar costes es el diagnóstico precoz«, asegura el doctor Delgado. «Para ello, se debería dotar a Atención Primaria de más formación y acceso a recursos diagnósticos», advierte el especialista del investigador del CIBERCV.
También tiene especial importancia la organización por área sanitaria del proceso asistencial de la insuficiencia cardiaca, en forma de unidades o programas. «Esa organización ha de ser multidisciplinar y abarcar todos los niveles asistenciales. Sólo manteniendo en el radar a este tipo de paciente crónico y complejo, podríamos reducir la tasa de rehospitalización»» destaca el doctor.
Por su parte, afirma Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca, destaca la importancia de la “colaboración con las instituciones académicas y las organizaciones científicas para estimular la realización de estudios innovadores como éstos, y así poder proporcionar valor a los pacientes. Además, trabajamos multidisciplinarmente con todos los agentes del SNS para encontrar juntos soluciones sostenibles que mejoren la calidad asistencial y los resultados en salud».
La insuficiencia cardíaca: una afección crónica sin cura
La insuficiencia cardíaca suele aparecer como consecuencia de una enfermedad coronaria, un infarto de miocardio o hipertensión de larga evolución, que ha dañado el corazón y ya no es capaz de distribuir la cantidad necesaria de sangre oxigenada al organismo.
Se dan ciertas señales de alerta que pueden hacer sospechar de la presencia de la patología: sufrir alguna enfermedad cardiovascular previa, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica (ERC), apnea del sueño, consumo de alcohol y/o tabaco, obesidad y/o sedentarismo.
La insuficiencia cardiaca es una afección crónica para la que, de momento, no existe cura, pero abordarla correctamente puede mantener los síntomas bajo control y proporcionar un alto nivel de vida durante muchos años.
A pesar de los avances que se han dado, sigue siendo una enfermedad tan mortal como algunos de los tipos de cáncer más comunes tanto en hombres (cáncer de próstata y vejiga) como en mujeres (cáncer de mama). Además, es la principal causa de hospitalizaciones en personas mayores de 65 años.