Un artículo de Ana Madrazo Compañy,
Psicóloga Clínica. Neuropsicóloga en Colisée Plaza Real Gijón
Las demencias y el deterioro cognitivo presentan cifras alarmantes, convirtiéndose en la epidemia silenciosa del siglo XXI. No tenemos datos epidemiológicos y de prevalencia precisos, aunque los últimos censos y estudios publicados, estiman una cifra en torno a los 500.000- 600.000 casos en nuestro país, con un pronóstico para 2050 cercano al millón de casos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta perspectiva de futuro deriva en un grave problema de salud pública, teniendo en cuenta que esta enfermedad es una de las principales causas de discapacidad y dependencia. Desde el sector de la dependencia y en concreto desde el ámbito residencial, existe un importante cambio de paradigma para afrontar el futuro en los centros residenciales.
Un cambio de modelo que pretende alejarse del biomédico y asistencial para centrarse en la persona. El Modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP) la sitúa en el centro de la organización, acompañándola en su proceso vital y modificando las funciones y el hacer de los trabajadores en los centros residenciales.
Los síntomas psicológicos y conductuales asociados a las demencias son una de las causas principales para la claudicación familiar y factor precipitante en la institucionalización. Es uno de los principales problemas que se le plantea al cuidador para su manejo, favoreciendo el estrés y minimizando la calidad de vida de la persona con demencia.
Los síntomas psicológicos y conductuales en las demencias es un término que aparece acuñado por primera vez en unas Jornadas llevadas a cabo en EEUU en 1996 de la Asociación Internacional de Psicogeriatría, en la que un grupo de expertos en la materia agrupan y definen las diferentes alteraciones conductuales que sufren las personas con demencia: “signos y síntomas de trastornos de la percepción, del contenido del pensamiento, del estado de ánimo o de la conducta que a menudo se presentan en enfermos con demencia”. Utilizaremos para referirnos a este conjunto de síntomas el acrónimo SPCD.
Alrededor del 60% de las personas que viven en un centro residencial sufren deterioro cognitivo y demencia. Los datos de prevalencia indican que hasta el 80% de los enfermos de demencia presentan SPCD durante el curso de la enfermedad, tratándose así de una de los mayores problemas para su manejo. Estas alteraciones variarán en frecuencia e intensidad según el tipo de demencia, la fase en la que se encuentre la persona, si sufre otras patologías asociadas e incluso por variables ambientales.
Por lo tanto, uno de los problemas principales que nos encontramos en los centros residenciales son el manejo de estos síntomas, ya que son causa de muchos y diversos conflictos y aumentan el estrés de cuidadores y residentes, mermando su calidad de vida.
Desde el Grupo Colisee creemos necesario formar a los cuidadores en el manejo conductual y ambiental de los SPCD con el objeto de minimizar frecuencia e intensidad de los mismos, garantizando el bienestar de la persona, así como el uso racional de psicofármacos y contenciones. El tratamiento de elección no debe ser siempre el rescate farmacológico, ya que las intervenciones conductuales y ambientales son en gran parte de estos síntomas eficaces y comienzan a ser tratamiento de primera elección. Multitud de estudios avalan no solo el mejor pronóstico sino también el mantenimiento en el tiempo.
s por esto, que siguiendo una filosofía centrada en el modelo ACP, que mejore la calidad de vida de las personas que viven en nuestros centros, se está formando a todo el personal en el manejo de los SPCD, lo que seguramente redundará en una mejor atención a las demencias.
El abordaje de los SPCD debe ser interdisciplinar y debe seguir el modelo ACP, implicando a la persona y a su familia. La conducta alterada es en muchas ocasiones fruto de las necesidades no cubiertas. Equipo, familia y persona serán los protagonistas necesarios para crear la Historia de Vida, herramienta imprescindible para conocer las huellas de vida y la biografía de la persona.
Es necesario conocer la historia de vida, pues en muchos de los casos podremos encontrar conexiones entre la conducta problema y la vida, preferencias, actividades… de la persona. En gran parte de las ocasiones las alteraciones conductuales afloran en base a la dificultad para expresar y comprender el mundo que les rodea.
Es básico centrarnos en la persona y no en la alteración, promoviendo una cultura de cuidados que sea capaz de disponer de estrategias y habilidades de afrontamiento para los cuidadores y de seguridad y bienestar para las personas con demencia.
A qué síntomas nos referimos cuando hablamos de SPCD:
- Síntomas de la Esfera Psicótica: Episodios alucinatorios; Ideas delirantes
- Síntomas de la Esfera Anímica: Depresión; Ansiedad; Apatía
- Síntomas de la Esfera Conductual: Agresividad; Desinhibición; Deambulación errática…
Pautas de Intervención en los principales Síntomas psicológicos y conductuales:
Pautas de Intervención en los principales Síntomas psicológicos y conductuales:
ESFERA PSICÓTICA
SÍNTOMA | DEFINICIÓN | ABORDAJE |
Episodios alucinatorios | Las alucinaciones son percepciones sin estímulo real. Consisten en percibir visiones, sonidos u olores que parecen reales, pero no lo son. En las fases moderadas de la enfermedad pueden aparecer de manera insidiosa. El manejo no sólo es farmacológico. Si las alucinaciones no conllevan asociada angustia, miedo, desazón…existe consenso sanitario para no utilización de psicotropos. | Modificar el entorno, controlando ciertos estímulos, proporcionando ambientes tranquilos y/o cambiarle de espacio. Habitación con luz y/o eliminando objetos que puedan proyectar sombras que interpreten erróneamente. No tratar tampoco de convencerle de que la percepción es errónea, pues podemos provocar irritación. No es aconsejable reforzar tales alucinaciones, dar respuestas neutras. Es necesario acompañarle y darle seguridad, validando emociones. Distraer a la persona |
Delirios /Ideas delirantes | Creencias falsas. Ideas erróneas de robo, infidelidad, perjuicio … que provocan malestar. El manejo no sólo es farmacológico. Si la idea delirante no conlleva asociada angustia, miedo, desazón…existe consenso sanitario para no utilización de psicotropos. | No confrontar, no negarles. No reforzar la idea errónea, ser neutros en las respuestas Buscar distracciones Dar seguridad y tranquilidad |
ESFERA ANÍMICA
SÍNTOMA | DEFINICIÓN | ABORDAJE |
DEPRESIÓN | Trastorno del estado de ánimo que cursa con tristeza, desesperanza, sentimientos de inutilidad o culpa, anhedonia Se manifiesta mediante llanto, aislamiento, verbalizaciones negativas, irritabilidad, cambios en el ritmo de sueño y apetito… Derivación a psiquiatría si es necesario para tratamiento. | Participación en actividades placenteras y de interés. Actividades con sentido para fomentar sentimiento de utilidad. Reminiscencia de episodios autobiográficos agradables Fomentar relaciones sociales Mantener rutinas Actividad física adaptada a sus posibilidades. |
ANSIEDAD | Tensión, temor, inquietud, sentimiento de pérdida de control que puede manifestarse con miedo, sintomatología somática, conductas agresivas… | Control del entorno, modificando ambientes si es necesario. Evitar discusiones y conflictos. Separar de la situación de conflicto Aportar seguridad, tranquilidad Comprobar que necesidades básicas están cubiertas (sed, hambre, necesidad de ir al baño…) Distraer con estímulos agradables (Actividades placenteras, música…) |
APATÍA | Pérdida de interés, iniciativa, motivación. Emociones planas, poco reactivas. Indiferencia afectiva y/o emocional | Conocer gustos, preferencias y aficiones para evitar frustración. Estimular para realización de actividad física y mental. Proponer actividades que impliquen emociones (reminiscencias, música.) |
ESFERA CONDUCTUAL
SÍNTOMA | DEFINICIÓN | ABORDAJE |
AGRESIVIDAD | Conductas físicas y/o verbales que pueden causar daño a otros o a sí mismo. Rechazo o resistencia mediante conductas/actos disruptivos a la ayuda o cuidado que precisa Agitación | Acercamiento adecuado: tono de voz baja, actitud tranquila, evitar contacto físico, no gesticular en exceso… Control del entorno: propiciar seguridad de la persona y compañeros. Ante situaciones de agitación por rechazo a cuidados: valorar los miedos (al agua, oscuridad, pudor…). Avisar de lo que vamos a hacer; intentar modelado e imitación; favorecer la autonomía. |
DEAMBULACIÓN ERRÁTICA | Hiperactividad motora, caminar sin propósito, sin rumbo Actividad excesiva | Proporcionar entorno seguro: eliminar barreras y obstáculos, permitir la deambulación, pasear, pulsera de control de errantes o dispositivos similares que faciliten identificación y/o localización Ofrecer actividades con sentido de tipo manipulativo Mantener rutinas diarias |
DESINHIBICIÓN | Actuación de acuerdo a impulsos, sin las limitaciones impuestas por las exigencias reales o convencionales. Hacer o decir cosas inusuales en público. | Identificar el desencadenante (necesidad de ir al baño, calor…) No juzgar, es secundario a una enfermedad Reconducir a espacios privados Implicar en actividades para que se encuentre activo. Distraer, pasear… |
Para todos los centros del Grupo Colisee cuidar con dignidad es nuestra responsabilidad. Somos protagonistas de un cambio en la importante tarea de cuidar.
Bibliografía:
- Síntomas psicológicos y conductuales en la demencia. J. Olazarán
- RESYDEM López-Mongil R y cols
- AlzheimerAgitation/aggresiveness in Alzheimer’s disease. Revista Española de Geriatría y Gerontología: Volumen 36 .M.Arroyo-Anlló, J.Torres PereiraJ.C.Castañeda Alegre
- Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Plan integral de Alzheimer y otras demencias 2019-2023
- Fundación del Cerebro: Informe “Impacto Social de la Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias”
- Alteraciones conductuales en personas mayores que viven en residencias Autores: Carolina Pinazo Clapes.2019
Autora
Ana Madrazo Compañy es Licenciada en Psicología en 1995. Especialista en Psicología Clínica. Neuropsicóloga acreditada. Comenzó trabajando en el sector de la discapacidad, en un CAI (Centro de Apoyo a la Integración) de Daño Cerebral Adquirido hasta que en 2007 pasa al sector de la dependencia y comienza a trabajar con demencias en la Asociación de Alzheimer de Gijón (ADAFA). Se incorpora al mundo residencial, a Plaza Real, en el 2011, hace 10 años, cómo psicóloga /neuropsicóloga y coordinadora de la Unidad de Discapacidad Neurológica que hay en la Residencia. Actualmente compagino este trabajo con consulta privada.