La rehabilitación de la función deglutoria en pacientes con disfagia ha demostrado ser un paso fundamental para conseguir una alimentación eficaz y segura. Además, contribuye a mejorar el estado de ánimo y la socialización de los pacientes que padecen disfagia y con ello a mejorar su bienestar y calidad de vida.
La disfagia es una patología que suele asociarse con el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas, pero en realidad puede ocurrir a cualquier edad y por diferentes causas. Dos millones de personas en España tienen disfagia, y entre la población más afectada se encuentran pacientes con enfermedades neurológicas o neurodegenerativas, como ictus, Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Múltiple o ELA (30-80%) y las personas mayores de 75 años (45%) o ancianos institucionalizadas (56-78 %), pero también presentan disfagia los pacientes con cáncer de cabeza y cuello (40-50 %), otros pacientes hospitalizados (10-30 %) e incluso en niños con desarrollo normal (45%).
Tal y como señala Alexandra Tisaire, logopeda y vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), las complicaciones, tanto nutricionales como respiratorias, de la disfagia son graves. Sobre todo destaca la desnutrición y la deshidratación, que están relacionadas con una mayor fragilidad, peor capacidad funcional, institucionalización e incremento de la mortalidad.
También influye en la seguridad en el proceso de comer, ya que “los pacientes con disfagia tienen mayor riesgo de neumonías aspirativas y atragantamientos. La mitad de las aspiraciones presentadas son silentes, lo que puede incrementar las repercusiones respiratorias”, advierte la logopeda y vocal de CPLCM.
Además, la disfagia también afecta al plano psíquico y social del paciente porque existe una pérdida de autoestima y socialización. Por tanto, para abordar este síntoma es fundamental que los profesionales tengan en cuenta todos estos factores que influyen en el bienestar de la persona.
El papel del logopeda en el tratamiento de la disfagia
Para convivir con la disfagia no basta con técnicas compensatorias, como adaptar la alimentación o mejorar la postura al comer, es fundamental también rehabilitar la función deglutoria, en la medida de lo posible, para conseguir una alimentación eficaz y segura, pero también para contribuir a mejorar el estado de ánimo y la socialización de estos pacientes, aspectos que se ven mermados como consecuencia de la disfagia.
Alexandra Tisaire señala que el logopeda es el único profesional sanitario especializado en la rehabilitación de la disfagia: “Otros profesionales se encargan de adaptar la dieta, pero no intervienen para devolver la funcionalidad a la hora de comer”, señala. Por ello, el logopeda debe formar parte del equipo que evalúa a estos pacientes, junto con los neurólogos y los otorrinos.
Tisaire defiende la importancia de una valoración exhaustiva y precoz. “El tiempo marca la diferencia a la hora de obtener mejores resultados. Además, debemos analizar las particularidades de cada paciente para realizar una intervención personalizada”. Y es que, según explica la logopeda, “aunque todo se engloba dentro de la disfagia, las causas y el cómo se manifiesta es diferente en función de la patología o alteración que tiene la persona y el área del cerebro afectada”.
La intervención del logopeda con los pacientes con disfagia tiene beneficios notables en todos estos aspectos. Su labor es relevante en el diagnóstico, valoración y terapia. En concreto, la rehabilitación de la función dañada o que se ha perdido es clave para recuperar la calidad de vida.
De hecho, la vocal del CPLCM recalca que existen evidencias de que la adherencia a las dietas adaptadas y las recomendaciones es muy baja, al igual que con la palatabilidad de los espesantes. “La persona se cansa de comer con la misma textura y acaba ingiriendo alimentos que no son tan aconsejables, poniendo en peligro su salud, exponiéndose a un mayor riesgo por aspiraciones. Por lo tanto, la rehabilitación es la opción más efectiva, aunque tiene que estar acompañada del resto de estrategias compensatorias”.
Alguna de las terapias que emplea el logopeda para rehabilitar la función deglutoria son las siguientes:
- Técnicas de incremento sensorial
Su objetivo es aumentar o disminuir la sensibilidad oral mediante calor, frío, vibración o sabores.
- Ejercicios de rehabilitación motora
- Son entrenamientos activos y pasivos de movilización de la musculatura miofuncional, que es la que interviene en la deglución, para conseguir más fuerza, movilidad o agilidad.
- Resistencia activa de la musculatura suprahioidea
Activación de los grupos musculares que producen la elevación y anteriorización de la laringe y apertura del esfínter esofágico superior.
- Maniobras deglutorias
Su objetivo es mejorar la eficacia y la seguridad de la deglución mediante el control voluntario de determinados aspectos de este proceso. Los pacientes deben seguir ciertas instrucciones en secuencias. También consigue ejercitar la musculatura deglutoria.