La Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz han suscrito un convenio gracias al cual cinco localidades tendrán mejores residencias de mayores, destinando 3,6 millones de euros de inversión en las obras de reforma y construcción de residencias públicas.

Este convenio de colaboración firmado entre la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales y la Diputación Provincial de Badajoz contempla una inversión de 3,6 millones de euros en las obras de reforma y construcción de las residencias públicas de Cabeza del Buey; Santa Marta de los Barros; Berlanga; Fregenal de la Sierra y Zurbarán.

En concreto, para la residencia de nueva creación de Fregenal de la Sierra se destinarán 2,4 millones; para Zurbarán 600.000 euros; Santa Marta de los Barros, Berlanga y Cabeza del Buey recibirán una inversión de 200.000 euros cada una para reformar sus residencias acorde con el nuevo modelo.

Objetivo del nuevo modelo residencial de la Junta de Extremadura

Según José María Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura,, el objetivo del nuevo modelo residencial de la Junta de Extremadura en el que se quiere priorizar en el mundo rural, es el de «de sentirse como en casa».

Para conseguirlo, han destinado en los presupuestos de 2023 casi 500 millones a la Ley de la Dependencia. Vergeles destacó en la presentación del convenio que, solo en 2022, Extremadura incrementó en 240 las plazas residenciales y creo 563 nuevas plazas en los centros de día. También se incrementó el precio de la plaza y se equilibró la situación de los centros de titularidad municipal, alcanzando un 50% de conciertos con el SEPAD en residencias municipales y un 40% en centros de día.

Por otro lado, el presidente de la diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, resaltó la colaboración con la Junta de Extremadura en la serie de mejoras que hay que realizar en centros residenciales o centros nuevos en ambas provincias e hizo hincapié en que el nuevo modelo residencial que permitirá dar mejor servicio a las personas mayores dependientes del mundo rural para que no haya «desarraigo».