Un artículo de Lluïsa Domingo,
directora del Centro de Día de Sabadell gestionado por Accent Social
Muchas personas necesitan atención y cuidados profesionales, sea porque su autonomía va disminuyendo con el paso de los años o bien, porque tienen algún tipo de diversidad que requiere una atención especial. En muchos de estos casos, tanto la persona como su entorno más próximo, se plantean la opción de recibir curas a domicilio o ingresar en un centro residencial. Sin embargo, hay que tener en cuenta una tercera opción, a menudo desconocida: la de acudir a un centro de día.
Los centros de día permiten aumentar el bienestar y calidad de vida de las personas usuarias. Gracias al equipo multidisciplinario de profesionales, las personas reciben acompañamiento y atención en las actividades diarias que realizan en el centro. Además, un centro de día es un espacio donde pueden coincidir con otras personas usuarias con quién llevar a cabo todo tipo de actividades, tanto físicas, como de refuerzo cognitivo, o simplemente compartir recuerdos, tiempos y experiencias, ayudando a revertir así la soledad que experimentarían si se quedaran en casa. De este modo, un centro de día se convierte en un espacio que da tranquilidad y confianza tanto a los usuarios y usuarias, como a las familias.
Un buen ejemplo es el de Francisco, usuario del centro de día Gracia Sabadell, gestionado por Accent Social. Su mujer nos explica que, desde que su marido asiste al centro, le ha notado una gran mejora en todos los sentidos: lo ve más activo, más relajado, más contento y con muchas ganas de hacer cosas.
Este también es el caso de Quique, que tiene Síndrome de Down. Su hermano también coincide en que, gracias al centro de día, Quique puede socializar con personas fuera de su núcleo más próximo. Además, asegura que el equipo de profesionales lo ha ayudado mucho y ahora se encuentra mucho más activo gracias a los ejercicios de movilidad que hace con el fisioterapeuta del centro, entre otras razones.
Es muy importante que cada persona usuaria reciba una atención especializada y adaptada a sus necesidades. Por este motivo, en los centros de día que gestionamos con Accent Social, implementamos el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona. Como su nombre indica, este modelo de acompañamiento se basa en que las actividades que organiza el equipo de profesionales del centro, se adapten a las personas usuarias y no al revés.
Entre las muchas actividades que llevamos a cabo en los centros de día, se encuentran talleres de mantenimiento de huertos, la musicoterapia, los juegos de ajedrez u otras propuestas lúdico-culturales. Todo ello, tiene el objetivo de ayudar a fomentar y preservar la autonomía de las personas, así como de favorecer su envejecimiento activo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los centros de día también fomentan, en parte, el descanso de las personas cuidadoras del círculo más íntimo de los usuarios y usuarias. De este modo, el tiempo que las personas usuarias pasan en el centro, las familias lo pueden destinar a otras necesidades personales o laborales.
En definitiva, los centros de día son un lugar de acompañamiento donde, mientras se contribuye a mantener y alargar la autonomía de las personas tanto como sea posible, sienten que no están solas y que tienen el apoyo de los profesionales para atender sus necesidades físicas, psíquicas y emocionales. Además, a medida que se refuerza la cohesión de grupo, se van creando más vínculos con el resto de usuarios y usuarias, con los cuales comparten muchas horas, juegos, actividades y sonrisas.