Un artículo de la Asociación ASPAYM Castilla y León
Uno de los retos principales en materia de discapacidad consiste en fomentar la autonomía de las personas con discapacidad. De esta forma, los últimos años tanto entidades como administraciones apuestan por un nuevo modelo centrado en la persona y en la permanencia en su entorno habitual, promoviendo una vida independiente, pero con la atención necesaria. Por eso, entidades como ASPAYM Castilla y León ofrecen servicios como la atención domiciliaria.
La dificultad de algunas personas y familias para llegar a un centro de rehabilitación con la inversión de tiempo que supone y la necesidad de transporte es uno de los motivos por los que se ha potenciado este modelo, según el psicólogo y neuropsicólogo de ASPAYM Castilla y León, Daniel Rodríguez. Asimismo, destaca que es una forma “más ecológica de intervenir en el entorno de la persona sobre las barreras físicas, relacionales y sociales que pueden estar influyendo en su calidad de vida”.
En estos casos es importante la atención de logopedas, psicólogos, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas, así como el asesoramiento en materia de accesibilidad y adaptación de la vivienda, pero también a nivel de rehabilitación, autocuidado, cambios posturales o ejercicio. Por otra parte, las personas con discapacidad sobrevenida requieren información sobre ayudas técnicas y económicas para mejorar su calidad de vida. Así como formación y asesoramiento para su reinserción laboral.
No obstante, este sistema de atención en el domicilio no siempre es adecuado para todas las personas con discapacidad. Hay usuarios para los que mantener el contacto en los centros de rehabilitación con otras personas en una situación similar es importante, ya que favorece su integración, estimula sus relaciones sociales y propicia el intercambio de experiencias y soluciones en su día a día.
Programa Individualizado de Recuperación e Integración Social (PIRI)
Con el fin de favorecer la autonomía personal de las personas con discapacidad y/o dependencia en su entorno la Junta de Castilla y León cuenta con el programa PIRI, desarrollado por ASPAYM Castilla y León.
Este programa, gratuito para los usuarios, nació en 1997 con el objetivo de prestar apoyo profesional a las personas que salían del hospital tras sufrir lesión medular. Con el tiempo, y al ver la repercusión positiva de este programa se ha ido ampliando a otras discapacidades sobrevenidas producidas por el daño cerebral, la esclerosis múltiple y la ELA.
El neuropsicólogo Daniel Rodríguez explica que el principal objetivo del PIRI es “garantizar la igualdad de oportunidades y la integración en la comunidad de personas con discapacidad sobrevenida”. Además, insiste en la importancia de acompañar a estas personas en la adaptación a un cambio vital tan relevante.
“Antes de que la persona hospitalizada regrese a su entorno es importante contar con el asesoramiento para la adaptación del domicilio y la adquisición de ayudas técnicas que facilitan la vida del usuario y de sus familiares”, puntualiza.
La atención a la familia del usuario también es una parte fundamental de la labor desarrollada por el equipo de profesionales, ya que en muchos casos requiere asesoramiento en el manejo de situaciones estresantes, pautas de apoyo, estimulación y adaptación a los cambios de dinámicas.
En cuanto a las principales ventajas de este recurso, destaca la gratuidad, el carácter personalizado y multidisciplinar, ya que intervienen profesionales de ramas como la psicología, la terapia ocupacional, la logopedia y la neuropsicología, y el papel activo del usuario durante todo el proceso.
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