Un artículo de Fernando Sánchez Luque, director de comunicación Essence Group España
La posibilidad de envejecer en el propio hogar es una realidad desde hace tiempo gracias a la tecnología. Las personas mayores pueden aspirar a tener una vida plena en el hogar donde han pasado sus mejores años de forma independiente, sin perder la autonomía y sintiéndose seguros en todo momento, tanto él como su propia familia.
La teleasistencia avanzada está dando, en este sentido, pasos agigantados para convertirse en un acompañante silencioso que está siempre alerta y que solo actúa cuando el residente lo necesita, de una forma nada intrusiva.
Esta forma de entender el envejecimiento ha ido evolucionando hacia mejores condiciones a la par que la tecnología también ha ido incorporado a la telemedicina como uno de los básicos de la atención a los mayores.
El periodo de pandemia terminó de afianzar a la telemedicina como una necesidad para hospitales, centros de salud, residencias…y el propio domicilio. Los números de esta disciplina a partir de ese momento son muy esclarecedores porque afectó de forma decisiva en el ecosistema de la salud e impulsó la implantación de la tecnología en su día a día. De hecho, hay estudios que incluyen datos del año pasado que indican que un 55,5% de los usuarios hizo uso de la telemedicina, incluyendo pacientes y profesionales sanitarios, a diferencia del año anterior, cuyo porcentaje fue del 40,6%.
Datos que seguirán creciendo porque son muchas las ventajas de su utilización. Está comprobado que reduce el número de pacientes que se derivan a centros de especialidades y hospitales y mitiga en un buen número las aglomeraciones que se producen en el sistema sanitario. La telemedicina favorece la continuidad asistencial y dibuja un ecosistema seguro para que se produzca la comunicación entre los pacientes y los profesionales sanitarios. Es decir, permite a los mayores monitorizar en tiempo real sus constantes vitales conectándolas directamente con cuidadores y personal sanitario, tanto dentro como fuera del hogar.
De esta forma pueden seguir viviendo sus vidas de forma segura, activa e independiente, ya tengan sólo necesidades médicas mínimas o requieran de un tratamiento regular, crónico o incluso intensivo.
Además de ahorrar tiempo y costes, reducir aglomeraciones en los centros médicos y disminuir el riego de contagios, la telemedicina facilita trámites sencillos como solicitar recetas, consultar resultados y organizar citas, entre otras cosas.
Las nuevas generaciones de nativos digitales y la irrupción de dispositivos como sensores portátiles y wearables también están fomentando el ascenso de la monitorización remota del paciente, con análisis de datos para permitir a los proveedores controlar y reaccionar ante las condiciones del paciente ante problemas relacionados con el envejecimiento y afecciones crónicas, como diabetes, hipertensión e insuficiencia cardíaca a través de los propios terminales.
Obviamente era inevitable que teleasistencia y telemedicina se encontrasen en el camino de la coordinación sociosanitaria. A medida que las personas envejecen y sus necesidades médicas se vuelven más complejas, se encuentran ante la necesidad de sentirse seguras y atendidas viviendo en su propio hogar.
Existen ya soluciones que unen, en una misma plataforma, lo mejor de la teleasistencia y la telemedicina y están ayudando a resolver este dilema porque permite a los mayores monitorizar sus constantes vitales conectándolas directamente con cuidadores y personal sanitario, tanto dentro como fuera del hogar.
De esta forma pueden seguir viviendo sus vidas de forma segura, activa e independiente, ya tengan sólo necesidades médicas mínimas o requieran de un tratamiento regular, crónico o incluso intensivo.
Por otro lado, se trabaja en desarrollos técnicos para consolidar estas sinergias, algunas fundamentales como que el mismo panel de control que permite las funcionalidades de teleasistencia avanzada sea compatible para vincular también los dispositivos de telemedicina en una misma plataforma integral para favorecer la experiencia de usuario.
Es decir, es la propia tecnología la que está favoreciendo la unión, la que está certificando lo bien que se pueden llevar ambas disciplinas y la que está dibujando el exitoso futuro que les espera juntos. Que así sea.