La gota es una de las enfermedades reumáticas más frecuentes a la que no se le presta la atención que se debería, pese a su alta prevalencia y ser una patología inflamatoria sistémica que se asocia con comorbilidades graves, tal y como advierte la Sociedad Española de Reumatología.
En España se estima que el 2,4% de la población sufre gota, lo que supone cerca de 880.000 afectados, según los resultados del estudio de prevalencia sobre las enfermedades reumáticas en población adulta en España de la Sociedad Española de Reumatología (EPISER).
No obstante, “a pesar de su alta prevalencia, esta enfermedad no ha despertado el interés que merece, siendo además una patología inflamatoria sistémica que asocia comorbilidades graves, sobre todo a nivel cardiovascular y renal”, tal y como ha puesto de manifiesto el Dr. Alejandro Gómez, reumatólogo del Hospital Universitario Vall d’Hebron, durante su intervención en el VI Encuentro del Grupo de Estudio de Artropatías Cristalinas de la Sociedad Española de Reumatología (GEACSER), celebrado en Alicante.
Este experto, uno de los coordinadores del VI Encuentro del GEACSER, también ha señalado que «por otra parte, el diagnóstico y manejo terapéutico de la gota ha mejorado en las últimas décadas, y además existen nuevas opciones terapéuticas que amplían las posibilidades de tratamiento de pacientes que antes no conseguían un control correcto de su enfermedad, todavía es necesario seguir investigando para avanzar en este campo”.
A su juicio “en este ámbito, también ha resultado clave la aparición del concepto treat to target, ya utilizado en otras patologías, como estrategia para el manejo de la gota. El objetivo actual es mantener los niveles de ácido úrico por debajo de 6 mg/dL (incluso de 5 en algunos pacientes) y hacer desaparecer los ataques y los tofos”.
Por su parte, el Dr. Francisco Aramburu, reumatólogo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y también coordinador de este encuentro de la Sociedad Española de Reumatología, ha resaltado que “la incorporación de la imagen puede guiar los ajustes terapéuticos en estos tipos de artritis, ya que permite evaluar la carga de cristal y la inflamación asociada. Esto tiene implicaciones directas en la evaluación y el manejo de pacientes con actividad inflamatoria, pero también en aquellos en remisión clínica”.
Además, “herramientas como la ecografía pueden contribuir a adelantar el diagnóstico de la gota en ciertos pacientes con hiperuricemia, incluso antes de que se produzcan los primeros síntomas”. También ha señalado que “en un futuro se deberían aplicar nuevas técnicas de investigación y herramientas como la inteligencia artificial para mejorar en el conocimiento de la etiopatogenia de la enfermedad y en su manejo, con el objetivo de avanzar hacia la Medicina personalizada”.
Respecto a las novedades clínicas, la Dra. Irati Urionaguena, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Galdakao, ha puesto de manifiesto durante el encuentro que este último año ha habido gran variedad de avances. “Se han presentado datos de la posible relación entre el riesgo genético y el desarrollo de gota a edad más temprana y con más tofos. La investigación básica, además, se ha centrado sobre todo en el estudio molecular de los procesos de inflamación aguda en los ataques de gota”, ha destacado.
Respecto a nuevos datos clínicos y de valoración de los pacientes, esta especialista ha propuesto una herramienta de predicción de riesgo de ataque de gota en pacientes hospitalizados por otros motivos. Además, en un estudio cualitativo muy interesante liderado por la Dra. García-Guillén, mediante entrevistas a pacientes, se han identificado 4 dominios de afectación que representarían el nivel de gravedad de los ataques de gota percibido por los pacientes.
Las novedades respecto al tratamiento se han centrado en «nuevos datos sobre la asociación de fármacos inmunomoduladores al uso de la pegloticasa para mejorar la tolerancia y la supervivencia del fármaco. Como novedad, un nuevo inhibidor de la xantinoxidasa, el tigulixostat, ha demostrado ser eficaz y seguro en la reducción de la uricemia en comparación con placebo en un estudio en fase II”, ha explicado la Dra. Urionaguena.