La epilepsia es una patología que está aumentando en la población mayor pero a menudo sus síntomas se confunden con otras enfermedades, por lo que los ancianos llegan a menudo a los centros de día sin diagnosticar, tal y como advierten desde Neurovida, cuyos centros han desarrollado una campaña de concienciación sobre esta patología.
El incremento de la epilepsia entre las personas mayores la y su infradiagnóstico está confirmado en estudios recientes, señalan desde Neurovida. Así, una investigación publicada en Brain and Nerve revela que hay un pico de epilepsia en ancianos y niños, señalando que «teniendo en cuenta el rápido envejecimiento de la población, se espera que la prevalencia de la epilepsia en la población de edad avanzada aumente en el futuro«.
Los autores revelan que las características clínicas de la epilepsia en pacientes de edad avanzada difieren de las observadas en pacientes jóvenes y requieren «una atención cuidadosa a los síntomas de convulsiones sutiles«.
En este sentido, Priti Sadhwani, CEO de Neurovida, indica que «es importante realizar una exhaustiva valoración de los pacientes en las áreas cognitiva, emocional y conductual y ver afectaciones en atención, memoria, lenguaje y funciones ejecutivas. Y es desde ahí desde donde se puede proponer una rehabilitación adecuada a la persona, que se adapte a sus dificultades y que contribuya a mejorar su calidad de vida«.
Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) se advierte que las personas mayores es el grupo de edad con mayor incidencia de la epilepsia pero se encuentra infradiagnosticada. Así, los mayores de 65 años sufren epilepsia tres veces más que las personas de 40 a 59 años. Se calcula que 50.000 ancianos sufren epilepsia en España.
La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más graves para las personas de edad avanzada, inmediatamente después de los accidentes cerebrovasculares (ACV) y la demencia. Hacia los 70 años de edad, la incidencia de epilepsia es casi el doble que en los niños, y hacia los 80 es más de tres veces superior, advierte la SEGG en su ‘Guía de Buena Práctica Clínica: epilepsia en el anciano’.
Una enfermedad que puede confundirse con otras patologías
Además, la SEGG advierte que la epilepsia en el anciano a veces no se identifica y puede confundirse con otras patologías como la demencia o el ictus. A ello se une que este grupo de edad es el más vulnerable debido a las comorbilidades que suelen presentar.
«Las convulsiones en personas mayores pueden ser diferentes a las que estamos habituados a reconocer. Por ello, debemos estar atentos a signos como que el anciano esté confundido, deambule, mire fijamente al espacio, realice movimientos inusuales, o no sea capaz de responder preguntas o hablar. Ante estos síntomas se debe acudir al médico», advierte el CEO de Neurovida.
Las principales causas de la epilepsia en las personas mayores son:
- un problema vascular cerebral (responsable de aproximadamente la tercera parte de las epilepsias en este grupo de edad)
- tumores cerebrales, que provocan cerca del 12% de las epilepsias
- problemas cardíacos, especialmente si producen disminución importante del flujo sanguíneo durante un periodo suficiente de tiempo
- enfermedades degenerativas que dañen el cerebro como el Alzheimer
- otras enfermedades como algunas relacionadas con problemas renales, trastornos hepáticos, diabetes, hipertensión arterial y alcoholismo
- lesiones cerebrales como las secundarias a un traumatismo craneal
- cirugía cerebral
- Además, si se ha padecido epilepsia en la juventud, es posible que las crisis vuelvan en edades avanzadas
Un estudio publicado este mes de mayo en Epilepsy and Behaviour revela que los adultos con epilepsia tienen 2,5 veces más posibilidades de sufrir desórdenes de abuso de sustancias que el resto de la población. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 5-10% de la población experimentará una crisis a lo largo de su vida y hasta un 20% de ellos, tendrán crisis de epilepsia recurrentes.