Un artículo de Sumando Vida (Socio de Cluster SIVI)
Las nuevas tecnologías pueden ser un valioso recurso para las personas mayores, pero es importante tener en cuenta que, si bien las nuevas tecnologías pueden brindar beneficios significativos, también existen barreras y desafíos adicionales como la brecha digital o la falta de familiaridad con los dispositivos tecnológicos.
Si queremos que las personas mayores se beneficien de las nuevas tecnologías, es necesario que los profesionales de este sector tecnológico cuenten con el apoyo y asesoramiento de profesionales dedicados a trabajar en el ámbito sociosanitario y específicamente con personas mayores, además de proporcionarles capacitación y apoyos adecuados para su uso.
Es indudable que las nuevas tecnologías tienen un impacto muy significativo en la calidad de vida de las personas mayores y/o personas en situación de dependencia.
Los teléfonos inteligentes, los ordenadores o las tabletas permiten mantener a las personas mayores conectados con familiares, amigos, compañeros… a través de aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales o videollamadas. Esto ayuda a reducir el aislamiento social, la soledad no deseada y mejora su bienestar social.
Gracias al acceso a Internet se proporciona el acceso a una amplia gama de servicios e informaciones que pueden beneficiar a las personas mayores: acceso a temas de salud, leer noticias y estar informado, servicios de banca en línea, compras, servicios de entretenimiento… esto facilita su participación en la sociedad y brinda autonomía e independencia a las personas.
Cuando hablamos de salud, existen infinidad de aplicaciones y dispositivos tecnológicos diseñados específicamente para monitorizar la salud y ayudar a las personas mayores a realizar tareas de autocuidado: aplicaciones de seguimiento de la actividad física, frecuencia cardíaca y presión arterial, recordatorios de toma de medicación… les permite tener un mayor control sobre su salud y bienestar.
En último lugar, hay gran variedad de dispositivos para usar en los hogares de las personas mayores, como sensores de movimiento, cámaras de seguridad y asistencia tecnológica en el hogar. A través de dichos dispositivos se pueden detectar caídas, enviar alertas a familiares y/o cuidadores, actuar rápidamente en situaciones de emergencia… proporcionando un entorno seguro a la persona.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, es muy importante tener en cuenta las siguientes consideraciones.
Existe una gran brecha digital entre generaciones, y es un hecho obvio que hoy en día muchas personas mayores tienen grandes dificultades para acceder a las nuevas tecnologías, principalmente por la falta de conocimientos y experiencia, y por miedo. Es vital brindarles la capacitación correcta y los apoyos necesarios para ayudarles a superar esta barrera y que puedan aprovechar al máximo las nuevas tecnologías.
Muchas personas mayores presentan resistencia al cambio o dificultades para adaptarse a las nuevas tecnologías. A través de nuestra experiencia podemos detectar que muchas personas mayores se encuentran abrumadas por la rapidez con la que evolucionan las tecnologías. Es fundamental trabajar con paciencia y que las personas reconozcan sus apoyos para sentirse cómodos y seguros al hacer uso de las nuevas tecnologías.
Es importante que las nuevas tecnologías estén diseñadas teniendo en cuenta las necesidades reales de las personas mayores (intuitivas, fáciles de usar, diseños sencillos, letras y botones grandes, posibilidad de adaptar y personalizar configuraciones…) así podemos garantizar que las personas mayores usan las tecnologías de forma efectiva y sin más dificultades añadidas.
Como decíamos al principio, las nuevas tecnologías pueden llegar a ser una herramienta poderosa para mejorar la salud y el bienestar de las personas mayores y/o en situación de dependencia, pero para ello es fundamental abordar todas las dificultades que pueden surgir en el manejo de estos dispositivos por parte de las personas mayores y garantizar la igualdad en su acceso y disfrute.