Una vez que se haya producido una fractura por fragilidad, se debe establecer un tratamiento farmacológico correcto para así evitar tener riesgo de futuras fracturas, señala el Dr. Francisco Baixauli García, secretario general de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT).

Durante su intervención en el I Curso de Osteoporosis de la Fundación SECOT «Movimientos que pasan fractura» el Dr. Francisco Baixauli García hizo hincapié en la importancia de la optimización prequirúrgica, ya que “los cirujanos ortopédicos y traumatólogos nos hemos preocupado normalmente por la patología del aparato locomotor sin centrarnos en la fase preoperatoria de los pacientes quirúrgicos que se han sometido a cirugías programadas o de urgencia diferida”.

«Si los especialistas pueden mitigar, antes de la cirugía, los factores de riesgo modificables de los pacientes como el tabaco, el alcohol, la obesidad, las enfermedades crónicas de origen renal, pulmonar o cardiaca, entre otros, se obtendrá una optimización quirúrgica, cuyo resultado redundará en una recuperación más rápida, así como en mejores resultados y, en relación a la gestión hospitalaria, se obtendrán altas más precoces y un ahorro en los gastos y recursos«, afirmó el secretario general de la SECOT.

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El sedentarismo, la inestabilidad, ciertos medicamentos, la ansiedad o la hipertensión son factores que pueden hacer más propensas a las personas mayores a caerse y sufrir lesiones 

El objetivo de este curso,que ha contado con la colaboración de Grünenthal, ha sido concienciar a los profesionales de la importancia de un diagnóstico precoz de la osteoporosis, así como instaurar un tratamiento adecuado para intentar que no vuelva a producirse.

Existen varios factores que hacen que las personas mayores sean más propensas a sufrir lesiones o a caerse, por ejemplo:

  • El sedentarismo
  • La inestabilidad
  • Los medicamentos para tratar el insomnio
  • La ansiedad
  • La hipertensión
  • La osteoporosis

Cabe destacar que entre el 30% y el 50% de las caídas desencadenan en una fractura, porcentaje que se agravan si concurren con la pérdida de masa muscular, ósea o la osteoporosis. “Estas fracturas en ancianos con osteoporosis conllevan altas tasas de morbimortalidad, dependencia y discapacidad”, añadió el doctor.

En cuanto a los avances en el abordaje de la osteoporosis, se está dando una mayor concienciación en la población y en los profesionales sanitarios sobre la necesidad de un diagnóstico precoz, así como de establecer un tratamiento preventivo tanto farmacológico como no farmacológico, en este último se incluye: una nutrición adecuada, actividad física regular y hábitos saludables.

En este sentido, el especialista señaló que la situación ha cambiado drásticamente durante los últimos años por la aparición de sistemas de osteosíntesis que facilitan la fijación y la estabilización de estas fracturas que presentan una mala calidad ósea, como son las osteosíntesis percutáneas. Éstas, consisten en la utilización de placas con tornillos bloqueados, que actúan como fijador interno.

La prevención como factor fundamental

El Dr. Baixauli recalcó que hacerse revisiones es muy importante para así detectar deficiencias en la dieta, problemas óseos o de salud que puedan agravar o aumentar el riesgo de fracturas o lesiones. Por lo tanto, dichas revisiones son fundamentales para poder tener un envejecimiento activo y sano.

Por su parte, el Dr. José Ramón Caeiro Rey, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, incidió en la situación de aquellos pacientes que presentan riesgo inminente de fractura a corto plazo

Este tipo de pacientes que presenta caídas frecuentes y ha sufrido al menos una fractura osteoporótica previa presenta un elevado riesgo de sufrir una nueva fractura en menos de un año desde la primera, advirtó el Dr. Ramón Caeiro Rey. Teniendo esto en cuenta, es imprescindible una rápida acción diagnóstica y terapéutica además de utilizar fármacos altamente eficaces en la prevención secundaria de nuevas fracturas.

Por otra parte, el Dr. Ricardo Larrainzar Garijo, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, destacó el papel del traumatólogo en la identificación del paciente de alto riesgo de sufrir una fractura de fragilidad. “Sabemos que la prescripción medicamentos de este colectivo es baja, especialmente en lo relacionado con terapias anabólicas óseas«, señaló.

La mayoría de estas fracturas se producen en personas mayores, por lo que la recuperación es más lenta y puede provocar secuelas como el aumento de la dependencia funcional, al disminuirse la autonomía de la marcha de los pacientes, requiriendo ayudas para la deambulación, sobre todo, cuando la fractura tiene lugar en las caderas. El Dr. Francisco Baixauli advirtió que el porcentaje de mortalidad se sitúa entre el 15% y 30% cuando la fractura osteoporótica afecta a la cadera.