Un artículo de la Dra. Celia Gonzalo, médico en Neolife
Parkinson, Alzheimer, Huntington, ELA son nombres de enfermedades neurodegenerativas de las que no hace muchas décadas se hablaba de forma residual. Hoy, con el incremento de la longevidad en los países occidentales, se han disparado las cifras de algunas de ellas. Se habla de una incidencia de 1´2 millones de personas afectadas por estas dolencias en España, esto es, una de cada diez individuos de más de 65 años y a un tercio de los mayores de 85.
En estas estadísticas destaca el Parkinson, que afecta, según el Ministerio de Sanidad de nuestro país, a 21.573 hombres y 17.811 mujeres. Por delante, el Alzheimer, la primera causa de enfermedad neurodegenerativa en el mundo y que, según la Sociedad Española de Neurología, se puede prevenir en un 35% de sus causas. Esto es, controlando la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, la depresión, la inactividad cognitiva, la hipoacusia y el aislamiento social, se podrían potencialmente prevenir entre 1 y 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo.
A la vez, proliferan los estudios recientes que otorgan un papel importante a las vitaminas en la prevención de estas dolencias. ¿El motivo? actúan sobre el estrés oxidativo, la neuroinflamación y la neurodegeneración.
El foco se sitúa en la vitamina B, en especial la B6 y la B12. La primera está relacionada con el rol de protección del hipocampo, la zona del cerebro donde se almacenan y recuperan los recuerdos. Además de preservar las funciones asociadas a la memoria, se sabe que el déficit de B6 incrementa la concentración sanguínea de la homocisteína, un residuo orgánico tóxico que si no se elimina puede conducir al déficit cognitivo. Esta vitamina es también crucial para la síntesis de la serotonina y la norepinefrina. Sus bajos niveles están directamente relacionados con la depresión.
Se encuentra de manera natural en el atún y el salmón, además de las legumbres, la carne de pollo y pavo y las nueces, entre otros. Sin embargo, no siempre se obtienen los niveles deseados de esta y otras sustancias mediante los alimentos, por lo que desde se recomienda la suplementación.
También para la mantener buenos niveles de vitamina B12, a la que, además de la citadas depresión y memoria, se identifica como responsable de la pérdida de otras capacidades cognitivas que se manifiestan en cambios de comportamiento e irritabilidad. Los nutricionistas aconsejan al respecto no abandonar los lácteos, los huevos y la ternera. También aquí juegan su papel el pollo y el salmón.
Destaca también la importancia de la vitamina B5 y B9. La primera, con importantes efectos antioxidantes, está relacionada con el metabolismo de los lípidos, de los hidratos de carbono y de las proteínas. Participa en la síntesis de hormonas, de neurotransmisores, de la hemoglobina y de los lípidos. La segunda es imprescindible en la producción de células sanguíneas.
En cuanto a la vitamina D y la prevención del envejecimiento cerebral, este mismo 2023 se publicaba un artículo en Psychiatric Rsearch Neuroimagining según el cual, la deficiencia de esta sustancia tiene un efecto acelerado en el envejecimiento. El estudio, llevado a cabo con una muestra de población de 1865 individuos alemanes de entre 20 y 85 años, concluye a la par que la falta de vitamina D repercute en los volúmenes de materia gris y el tamaño del hipocampo. Recomendados aquí la caballa, la sardina, el hígado y, de nuevo, los lácteos.
La vitamina C y las del tipo A, por último también influyen en la salud de nuestro cerebro, por lo que la recomendación de Neolife es una suplementación multivitamínica, con especial atención a las vitaminas arriba citadas.