Contratar un seguro de vida para una persona mayor de 65 años puede ser un desafío. De hecho, aunque muchos seguros de vida riesgo ofrecen cobertura para el riesgo de fallecimiento más allá de los 70 años (incluso hasta los 80), lo cierto es que la edad de contratación no suele superar los 60 o 62 años. Es decir, si se tiene contratado de antes, puede tener cobertura hasta la edad máxima de renovación, pero si se llega a los 65 sin seguro de vida, puede ser más complicado conseguir una póliza. Complicado, pero no imposible.
Seguros de vida permanentes para personas mayores
Los seguros de vida permanentes para personas mayores están cobrando cada vez más relevancia. Este tipo de póliza garantiza el pago de un capital a los beneficiarios del asegurado, independientemente del momento de su fallecimiento, siempre que se mantengan al día los pagos de la prima. Estos seguros son especialmente relevantes para las personas mayores, ya que proporcionan una seguridad financiera a largo plazo para sus seres queridos.
Los seguros de vida permanentes pueden ser de tres tipos principales: seguro de vida entera, universal y variable. El seguro de vida entera es el más tradicional, garantizando el pago de un capital a los beneficiarios sin importar cuándo ocurra el fallecimiento del asegurado. El seguro de vida universal ofrece más flexibilidad, permitiendo ajustes en las primas y el capital asegurado a lo largo de la vida de la póliza. Por último, el seguro de vida variable permite que el asegurado invierta una parte de las primas en diferentes fondos de inversión, haciendo que el valor del capital dependa de los resultados de estas inversiones.
La principal ventaja de los seguros de vida permanente es que la cobertura dura toda la vida, lo cual proporciona una tranquilidad a largo plazo. Además, estos seguros pueden incluir una función de ahorro o inversión, permitiendo así aumentar el capital asegurado a lo largo del tiempo.
Sin embargo, los seguros de vida entera también presentan algunas desventajas. La más destacada es el coste elevado de las primas en comparación con otras formas de seguro de vida, como el seguro de vida a término. Esto se debe a que estos seguros garantizan un beneficio por muerte y, a menudo, acumulan valor en efectivo con el tiempo.
Otra desventaja es la falta de flexibilidad. A diferencia de los seguros de vida universales, los seguros de vida entera no permiten ajustar las primas o el beneficio por muerte a lo largo de la vida de la póliza.
Finalmente, aunque los seguros de vida entera pueden acumular valor en efectivo, las tasas de rendimiento suelen ser más bajas que las de otras inversiones.
Seguros de vida a término para personas mayores
Los seguros de vida a término son pólizas de seguro que proporcionan cobertura durante un período específico de tiempo. A diferencia de los seguros de vida permanentes, como los seguros de vida entera o los seguros de vida universal, estos seguros a término no acumulan valor en efectivo ni ofrecen beneficios adicionales más allá del pago del beneficio por fallecimiento.
Cuando una persona adquiere un seguro de vida a término para personas mayores, está garantizando que, si fallece durante el período de cobertura, sus beneficiarios recibirán una suma de dinero predeterminada. Esta cantidad, conocida como «suma asegurada» o «beneficio por fallecimiento», se establece al momento de contratar la póliza y se pagará a los beneficiarios designados en caso de que el asegurado fallezca durante la vigencia del seguro.
Los seguros de vida a término para personas mayores son atractivos por varias razones. En primer lugar, suelen tener primas más bajas en comparación con los seguros de vida permanentes, lo que los hace asequibles para muchos. Además, ofrecen una cobertura temporal, lo que puede ser beneficioso para cubrir deudas pendientes o gastos educativos. La protección financiera para la familia es el objetivo principal. Esto ofrece tranquilidad en caso de fallecimiento cuando el asegurado sostiene económicamente a la familia. Además, estas pólizas son flexibles en cuanto a duración y suma asegurada, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo.
Sin embargo, también tienen algunas desventajas. En primer lugar, su cobertura es temporal y limitada en comparación con los seguros de vida permanentes. Esto significa que si el asegurado sobrevive al plazo, la póliza expira sin generar valor en efectivo. Además, al renovar la póliza, las primas tienden a aumentar debido a la edad y cambios en la salud, lo que puede hacer que la cobertura sea costosa en etapas avanzadas de la vida. Por último, estos seguros no acumulan valor en efectivo ni son adecuados para objetivos financieros a largo plazo.