Con motivo del Mes Mundial del Alzheimer que se celebra en septiembre, desde Revvity, empresa que impulsa la innovación en las ciencias de la vida y el diagnóstico, se destaca la importancia de profundizar en las investigaciones para la detección temprana y el tratamiento de esta enfermedad y explican las principales líneas de investigación que se están siguiendo en la actualidad en torno a ella.
Tal y como apuntan desde Revvity, a medida que la población española envejece y aumenta la esperanza de vida, los trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer pueden llegar a desbordar los sistemas sanitarios. Según datos de la OMS, en la actualidad al menos 50 millones de personas en el mundo están afectadas por esta enfermedad y se prevé que se triplique en el 2050.
En el caso de España, de acuerdo con la Confederación Española de Alzheimer, más de 1.200.000 personas han sido diagnosticas con la enfermedad, concentrando el 60% de los casos de demencia; aunque el número podría ser bastante más amplio, debido a la dificultad en el diagnóstico (se calcula, de hecho, que cerca del 30% de los casos en nuestro país no están identificados). Además, es la principal causa de discapacidad en personas mayores y la segunda causa específica de muerte en nuestro país.
Identificar una terapia modificadora del Alzheimer es prioritario
Dado que la neurodegeneración, el mecanismo subyacente de esta enfermedad, es difícil de identificar, su detección temprana es muy complicada. Sin embargo, existen algunas señales de alarma que deben llamar la atención, tales como:
- pérdidas de memoria
- dificultad para seguir una secuencia de tareas
- problemas de lenguaje
- desorientación
- cambios en el estado de ánimo, entre otras.
Sergio Ferre, responsable de neurología en EUROIMMUN España, empresa de Revvity, señala que pese a que aunque aún no existe una cura para la enfermedad, «identificar una terapia modificadora del Alzheimer es la máxima prioridad para los investigadores del mundo». En este sentido apunta que “los avances científicos en su comprensión, junto con la puesta en marcha de diversas tecnologías, están permitiendo la detección precoz de determinados biomarcadores sanguíneos que está reconfigurando el paradigma del tratamiento, el posible diagnóstico y la clasificación del Alzheimer al ofrecer nuevas esperanzas de enfoques más personalizados en medicina”.
“La adopción de pruebas de biomarcadores es un paso esencial para establecer un nuevo paradigma basado en la fisiopatología de esta enfermedad. Constituye un primer paso fundamental en los cimientos de terapias más personalizadas y adaptadas a las distintas etapas de la progresión del Alzheimer, dando nuevas esperanzas al creciente número de individuos que se enfrentan a ella”, asegura el responsable de neurología en EUROIMMUN España.
La proteína amiloide es uno de los biomarcadores clave
Uno de los biomarcadores clave para los avances en el diagnóstico del Alzheimer en su fase preclínica es el de la proteína amiloide. “El desarrollo de placas amiloides en el cerebro está relacionado con la progresión de la enfermedad. Y es que se cree que las placas de proteína beta amiloide interrumpen la comunicación entre células del cerebro, lo que provoca inflamación y, en consecuencia, la muerte de las células cerebrales; por ello, en la actualidad se presta gran atención a la investigación sobre el desarrollo de anticuerpos contra la beta amiloide”, afirma Sergio Ferre.
Aunque todavía es mucho el camino que queda por recorrer, desde Revvity destacan los muchos los pasos que se están dando para lograr una detección temprana y un tratamiento eficaz del Alzheimer, una enfermedad que, más allá del elevado precio físico y emocional que tiene para la persona que la padece y su familia, representa un coste global para la sociedad de 562 millones de euros, un monto que podría incrementarse hasta en un 85% en los próximos años.