El deterioro de la barrera hematoencefálica, que regula los intercambios entre la sangre y el cerebro y lo protege de posibles agresiones e infecciones, puede servir para identificar a los pacientes que tendrán una evolución más rápida del Alzheimer, tal y como revela un trabajo encabezado por investigadores del Hospital del Mar Research Institute.
Los resultados de este estudio del Hospital del Mar Research Institute indican que restablecer la capacidad de la barrera hematoencefálica de proteger al cerebro y podría ayudar a ralentizar el empeoramiento de los pacientes. Así, este marcador permitirá una valoración más precisa del pronóstico de los pacientes con deterioro cognitivo causado por Alzheimer y otras demencias, ayudando a predecir qué pacientes sufrirán una evolución más rápida de la enfermedad.
Tal y como destaca el Dr. Albert Puig-Pijoan, primer firmante del trabajo, investigador del Hospital del Mar Research Institute y médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital del Mar, en este estudio «hemos podido ver si el aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica es un buen predictor o si se asocia a un pronóstico diferente en los pacientes con deterioro cognitivo». Esto es especialmente relevante dado que hasta ahora, se disponía de pocos marcadores que permitan prever qué pacientes con diagnóstico de Alzheimer u otras demencias iban a tener una evolución más rápida.
Seguimiento de más de 300 pacientes durante cuatro años
Para comprobar si el estado de la barrera hematoencefálica sirve como predictor, se ha hecho el seguimiento de más de 300 pacientes de la cohorte BIODEGMAR del Hospital del Mar durante cuatro años. Estas personas habían sido diagnosticadas de deterioro cognitivo leve o demencia, causadas por diferentes enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o por enfermedad cerebrovascular.
Para su diagnóstico, se contaba con la valoración clínica acompañada de una valoración neuropsicológica, así como dato extraídos de una punción lumbar y una resonancia magnética. Para ver su evolución, se hacían visitas clínica y valoraciones neuropsicològicas durante el seguimiento.
Estas personas habían sido diagnosticadas de diferentes patologías neurodegenerativas, como Alzheimer o enfermedad cerebrovascular, pero también de deterioro cognitivo leve. Para ver su evolución, se contaba con los datos extraídos de una punción lumbar, acompañada de una valoración neuropsicológica y una resonancia magnética.
Los resultados indican que aquellos en los cuales en la punción lumbar se detectaban niveles más elevados de albúmina en el líquido cefalorraquídeo respecto a los niveles en sangre, indicador de un aumento de la permeabilidad y, por lo tanto, del deterioro de la función protectora de la barrera hematoencefálica, la evolución de la enfermedad es más acelerada. En los pacientes analizados, el riesgo de una progresión acelerada de la enfermedad crece un 8% por cada 10% de incremento de este indicador en el líquido cefalorraquídeo.
Incidir en la protección cardiovascular para preservar la barrera hematoencefálica
Los investigadores del Hospital del Mar Research Institute destacan que hay diferentes factores clínicos y biológicos que pueden afectar la capacidad de la barrera hematoencefálica de proteger el cerebro. Los más comunes en la población estudiada so:
- ser hombre
- los factores de riesgo cardiovascular, especialmente la diabetes
- la presencia de signos de lesión vascular detectados a través de resonancia magnética
El Dr. Ángel Ois, último firmante del estudio, investigador del Hospital del Mar Research Institute y neurólogo del Hospital del Mar, señala que «la hipótesis es que el daño vascular provoca esta alteración de la permeabilidad, hecho que provoca una aceleración del deterioro cognitivo provocado por la enfermedad que provoca la demencia».
Una de las ventajas de este marcador es que es relativamente simple comprobar los niveles de albúmina en el líquido cefalorraquídeo y en sangre. Esto lo convierte en un buen indicador que abre la puerta a investigar nuevos abordajes para ralentizar la progresión de estas enfermedades.
Como apunta el Dr. Puig-Pijoan, es importante incidir en los factores de protección cardiovascular para preservar la capacidad de protección de la barrera hematoencefálica o investigar para encontrar tratamientos que la restablezcan para mejorar el pronóstico de los pacientes. que asegura que los resultados obtenidos.
Este experto incide en que «nos están indicando que los factores de riesgo vascular y el daño cerebrovascular son dos de los mecanismos principales implicados en el deterioro cognitivo, no solo en Alzheimer. Por lo tanto, incidir en la prevención de estos factores de riesgo y contar, potencialmente, con terapias dirigidas, puede ser una vía muy interesante a explorar«.
Validar este marcador en diferentes patologías
La investigación continuará con cohortes más grandes y específicas para validar este marcador en diferentes patologías y buscar nuevas variables que permitan establecer el ritmo de evolución de las personas diagnosticadas con algún tipo de demencia. Este estudio también puede permitir hacer un seguimiento más cuidadoso de los pacientes en función de su estado, incluso en aquellos con deterioro cognitivo leve, pero sin diagnóstico definido.
El trabajo se publica en la revista Alzheimer’s&Dementia y en él también han participado investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y del CIBER en Fragilidad y Envejecimiento (CIBERFES) y del CIBER de Fisiopatología, Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
Artículo de referencia:
Puig-Pijoan, A, Jimenez-Balado, J, Fernández-Lebrero, A, et al. Risk of cognitive decline progression is associated to increased blood-brain-barrier permeability: A longitudinal study in a memory unit clinical cohort. Alzheimer’s Dement. 2023; 1-11. https://doi.org/10.1002/alz.13433