La negación no es el camino para evitar el sufrimiento que nos provoca la pérdida de seres queridos. Se debe aprender a asumir la realidad de dicha ausencia y a procesarla, pero no todas las personas son capaces de hacerlo, lo que puede acabar derivando en una problema de tipo depresivo. Y es que el duelo no elaborado puede conducir a la depresión y otros problemas psicológicos, tal y como advierte la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen.

A este proceso inconsciente de bloqueo y/o de sublimación de los sentimientos y emociones ante la muerte se le denomina duelo no elaborado y, tal y como explica Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, no sólo no es saludable, sino que impide reubicarnos en la nueva vida sin la persona fallecida. Para esa despedida definitiva no existen unas reglas fijas, ni en cuanto a tiempo, intensidad y a experimentación del dolor.

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El duelo no elaborado puede conducir a la depresión y otros problemas psicológicos

Cada individuo elabora su duelo de manera distinta, según su personalidad, estado mental y la relación que tenía con el finado, entre otras circunstancias. Sobre el tiempo necesario para recuperarse, Pilar Conde señala que el periodo habitual suele ser de entre seis meses y un año, aunque en algunos casos puede requerirse más tiempo “y no por ello estaríamos hablando de un duelo no afrontado de manera saludable”, indica.

Aunque pudiera parecer lo contrario, esa manera saludable consiste en dejar entrar el dolor, en abrazarlo y experimentarlo. La directora técnica de Clínicas Origen advierte que se trata de un tránsito duro y que, mientras se afronta, puede parecer insuperable, por lo que esta experta recomienda algunos consejos y herramientas útiles:    

  • Identificar las emociones y permitirnos sentirlas, aunque nos produzcan dolor.
  • Rodearnos de apoyo social y familiar.
  • No descuidar nuestros hábitos saludables y rutinas básicas, ya se trate de alimentación, sueño, deporte.
  • Si el sueño se ve alterado de manera significativa, se puede hablar con médico de cabecera o psiquiatra para ayudar a la conciliación y conseguir el descanso.
  • Permitirse sentir emociones positivas y no sentirnos culpables por ello. Esto no cambia el dolor emocional que se tiene, pero si ayuda a nuestro estado de ánimo y avanzar. Podemos tener dolor emocional por la pérdida y disfrutar de alguna actividad o apoyo social.

En todo este proceso son importantes los rituales de despedida, ya que ayudan a iniciar el proceso de duelo o avanzar en el mismo, dependiendo del momento en que se realicen. También aquí la particularidad de cada uno importa, y así, mientras que algunas personas despiden a los suyos mediante actos y ritos asociados a creencias religiosas y/o espirituales, otros lo hacen basándose en símbolos que eran importantes en la relación con el fallecido.

En cuanto a los más pequeños, quienes pueden tener más dificultad para procesar lo sucedido, Pilar Conde recomienda no obstaculizar los sentimientos del niño y dejarle expresar su dolor. Y, por supuesto, escucharle y tratar de ayudarle a entender la pérdida.

El duelo no elaborado es un factor de riesgo para nuestra estabilidad emocional, que puede derivar en una depresión. En este caso será importante una valoración por parte de los especialistas en salud mental, psicólogo o psiquiatra, para poder realizar un plan de intervención junto a la persona y el sistema de soporte social y familiar que la persona tenga.