Existe una correlación entre la percepción del estado de ánimo influenciado por los sonidos y la edad de las persona, tal y como revela el informe ‘El impacto de la audición en la salud mental’ realizado por Audika, compañía especializada en salud auditiva. En el mismo se señala que, a medida que la edad avanza, los sonidos cobran una mayor relevancia en el estado de ánimo.

El informe ‘El impacto de la audición en la salud mental’ de Audika indica que un 45,1% de los españoles mayores de 74 años afirma que los sonidos afectan cotidianamente en su estado de ánimo, frente a un 36,4% del grupo que se encuentra entre los 50 y 64 años. Esto sugiere que a medida que se envejece, el ambiente sonoro cobra una mayor relevancia de cara a alcanzar el bienestar emocional. Por tanto, la salud auditiva ocupa un papel más predominante en relación con la salud mental, tranquilidad y felicidad cuando las personas se hacen mayores.

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A medida que se envejece el ambiente sonoro cobra una mayor relevancia de cara a alcanzar el bienestar emocional

El informe revela también que las personas que poseen una audición sana relacionan los sonidos con emociones. En este sentido, el informe de señala la existencia de tres perfiles de personas, o patrones de comportamiento, según cómo relacionamos los sonidos con nuestras emociones: sensibles, teóricos y desconectados.

Un 35% de españoles mayores de 50 años se consideran sensibles, en tanto en cuanto atienden a la información que reciben a través de todos sus sentidos, y se mantienen conectados a las sensaciones que experimenta a través del sonido, es decir, asocian los sonidos con emociones. Además, la mayoría de las personas dentro de este perfil de comportamiento (un 65% del tipo ‘sensibles’) concuerdan en que la forma en la que perciben los sonidos impacta no solo en el sentido auditivo, sino en otras experiencias sensoriales, como el sabor o el tacto.

Por su parte, un 39% de los españoles mayores de 50 años se identifica con el grupo denominado ‘teóricos’, es decir, los que adoptan una actitud más distante a la hora de relacionarse con el entorno que les rodea. Esta clase de población identifica estados de ánimo con los sonidos que escuchan, pero toma una actitud distante a la hora de experimentar emociones propias con sus sentidos (tacto, olfato, etc.).

Por último, la mayoría de los españoles mayores de 50 años (un 42%) pertenece a un tipo de población que denominamos ‘desconectados, ya que no relacionan los sonidos con emociones, ni reconocen experimentarlas cuando perciben un sonido.

Las personas adultas valoran las entonaciones, y según envejecen se enfocan más en el contenido o las palabras. La forma en que las personas perciben las palabras varía según el contexto de una conversación. En la vida cotidiana, aproximadamente siete de cada diez adultos mayores de 50 años prestan una atención especial a cada detalle de las conversaciones.

Y es que consideran que el verdadero significado de las palabras a menudo se encuentra más allá de lo que se dice, si no que, cobra relevancia el ‘cómo se dice’, donde la entonación posee un valor crucial a la hora de interpretar el contenido de una conversación. Cabe destacar, por tanto, que tres de cada diez españoles mayores de 74 años, afirma que presta más atención a las palabras, al contenido verbal, que al resto que rodea a la misma, como la entonación, el lenguaje corporal, etc.

Las personas con problemas de audición tienden a aislarse

En paralelo, los datos del informe ‘El impacto de la audición en la salud mental’ de Audika revelan una correlación interesante entre la percepción de las palabras en la comunicación y la capacidad auditiva. Aquellas personas que escuchan correctamente todas las palabras tienden a prestar más atención a las entonaciones, mientras que las personas que a veces o a menudo tienen dificultades para escuchar tienden a centrarse más en las palabras en sí mismas.

Esta tendencia disminuye en las personas que siempre tienen dificultades para escuchar, ya que la mayoría de ellas se enfocan principalmente en las palabras. Estos hallazgos sugieren que la relación entre la percepción de las palabras y la atención a las entonaciones puede estar influenciada por la capacidad auditiva y las situaciones específicas de comunicación.

El primer informe de Audika para España también revela que las personas que no presentan problemas de audición son las que piden repeticiones cuando tienen dudas acerca de lo que han escuchado en una conversación, mientras las que presentan algún tipo de problemas auditivos tienden a retirarse de la misma.

De esta forma, la gran mayoría de la población española mayor de 50 años (un 66% de los encuestados) realiza esfuerzos para entender lo que se dice en las conversaciones de las que es partícipe. En caso de que no lo consigan, piden que se repita lo que se está diciendo (66%). Para este perfil de interlocutor, se presentan más las personas de edad avanzada y las mujeres. Además, un alto elevado porcentaje de las personas que viven solas y que, cuando se encuentran en esta situación, optan por preguntar por una repetición de conceptos (75,2%).

Sin embargo, cuando se trata de personas con problemas auditivos, entre un 36 y un 38% de los españoles reconocen que prefieren no interrumpir al interlocutor e interpretar lo que éste dice por el contexto. Es decir, las personas que más problemas presentan para escuchar correctamente tienden a realizar el esfuerzo al principio, pero finalmente desisten y se
desvinculan de la conversación
.

Tal y como señala David Ruiz, director general de Audika España, «los datos de este primer informe que realizamos arrojan datos muy reveladores, como que más de la mitad de las personas mayores de 50 años carecen de una óptima salud auditiva o la tendencia de aquellas personas con problemas de audición a aislarse, lo que puede contribuir al desarrollo temprano de enfermedades mentales, como el Alzheimer o la demencia, que se potencian debido a la pérdida de conexión con la realidad que produce el aislamiento de las personas».

A juicio del director general de Audika España «es fundamental poner el foco en la relevancia de la prevención y la necesidad de las revisiones periódicas de la audición a partir de los 50 años. Así como concertamos cita con nuestro médico de cabecera, deberíamos hacer lo propio con expertos en audición, de cara a vivir una vida plena y retrasar la aparición de enfermedades neuronales asociadas a la pérdida auditiva«.