La residencia de mayores Amavir El Encinar del Rey, en Valladolid, ha puesto en marcha el proyecto pionero “¿Nos echamos una pata?”, una iniciativa gracias a la cual los usuarios de este centro conviven con animales en situación de acogida hasta que le encuentren un hogar definitivo.
Puesta en marcha en diciembre del pasado año, durante estos primeros meses los mayores de Amavir El Encinar del Rey han tenido la oportunidad de convivir y compartir momentos entrañables con Agus, un beagle de 1 año muy bueno y cariñoso, y con Barry, un mestizo de bulldog de 9 meses y también muy sociable y amistoso. Ambos han sido ya acogidos por una familia y, en los próximos días, llegará un nuevo perrito a la residencia.
Puesta en marcha en diciembre del pasado año, esta iniciativa es fruto de un acuerdo de colaboración entre la residencia Amavir El Encinar del Rey y el Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Valladolid. El primer paso para poner en marcha esta iniciativa es la selección, por parte de la veterinaria y del adiestrador del Centro de Protección municipal, de un perro con un perfil muy definido, que sea óptimo para la convivencia en la residencia.
Deben ser perros tranquilos, de tamaño medio (ni muy grandes ni muy pequeños para que no supongan un obstáculo ni un peligro para los residentes), que se adapten bien a las personas y sean relativamente tranquilos.
Experiencia muy enriquecedora que genera beneficios a nivel emocional
A través de esta iniciativa se pone en práctica una terapia bidireccional tanto para los residentes como para el propio animal, puesto que ambos se benefician de su mutua compañía. Tal y como señala Vicky García, terapeuta ocupacional de Amavir El Encinar del Rey y una de las impulsoras del proyecto, “es asombrosa la rápida aceptación y el entusiasmo que han presentado nuestros mayores al convivir con Agus y Barry. Es una experiencia muy enriquecedora y positiva, que genera grandes beneficios a nivel emocional para todos”.
De este modo, la convivencia facilita una interacción diaria con los casi 200 residentes y usuarios del centro de día. Dicha interacción no solo aporta beneficios físicos y emocionales a los mayores, sino que también fortalece su vínculo afectivo con los animales.
El cariño y la atención de estos nuevos compañeros de hogar ha despertado la atención de todo el centro, pues ha conllevado una gran implicación tanto de residentes y como de trabajadores y de sus respectivas familias. También se han creado grupos de trabajo para organizar quién se encarga de la alimentación de los perros de acogida, de los paseos, de comprarles productos o llevarles al veterinario, y de su cuidado durante el fin de semana. Del mismo modo, se han puesto en marcha talleres de arteterapia para conseguir fondos y poder costear mejores cuidados para estos adorables compañeros.
La directora de Amavir El Encinar del Rey, Luz Pelayo, recalca el fomento de un estilo de vida más activo y la unión que ha creado este proyecto son otros de sus aspectos más positivos, señalando que “desde el primer momento pudimos comprobar los efectos positivos que tenía la convivencia con perros de acogida de nuestro propio municipio”.
“Creo que es una iniciativa muy bonita con la que estamos impulsando un desarrollo multidisciplinar en nuestros mayores, a la par que la adopción de estos animales de compañía. Además, la sinergia creada entre todos los que convivimos en esta casa está siendo un descubrimiento más, todos nos coordinamos para que a estos perritos no les falte de nada”, explica Pelayo.