La inclusión del probiótico Bifidobaceterium breve CECT8242 y ácidos grasos omega-3 ayuda a prevenir el daño cerebral que ocasiona una dieta rica en grasas y que está asociado con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas la enfermedad de Alzheimer.
Así lo revela un estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista Antioxidants, coordinado desde la Universitat de Lleida y el Instituto de Recerca Biomédica de Lleida (IRBLleida) e impulsado y financiado por Laboratorios Ordesa, que reafirma la asociación existente de una dieta rica en grasas y la neurodegeneración causante de la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio también indica, por primera vez, que la dieta influye en las modificaciones cerebrales de los mamíferos y sirve para identificar el mecanismo que ocasiona el daño cerebral que se asocia posteriormente con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
Tal y como señala el Dr. Manuel Portero-Otín, profesor de Fisiología de la Universitat de Lleida e investigador del Institut de Recerca Biomédica de Lleida (IRBLleida), uno de los coordinadores del estudio, «existen diversas vías metabólicas que se cree que pueden estar relacionadas con el daño oxidativo de las proteínas cerebrales. Gracias a este estudio hemos visto que la oxidación lipídica es el mecanismo que lo produce».
La obesidad se asocia con el deterioro cognitivo leve y el Alzheimer
La obesidad durante la infancia se ha convertido en una pandemia y está relacionada principalmente con dietas ricas en azúcares y ácidos grasos, teniendo importantes consecuencias tanto en la salud como en el desarrollo, destacando sobre todo las posibles implicaciones en el riesgo de aparición en el futuro de enfermedades neurodegenerativas.
Por ejemplo, la obesidad en la vida adulta se ha asociado con el deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer. Los receptores de insulina están presentes en varios tipos de células neuronales, lo que sugiere que la neurodegeneración podría estar relacionada con la resistencia a la insulina asociada con la obesidad.
Para llevar a cabo la investigación se ha contado con 43 hembras de cerdo de raza Duroc, nacidas de 11 camadas diferentes. Los animales de una misma camada se distribuyeron en cuatro grupos de estudio, para minimizar posibles sesgos derivados de la genética.
Se contó con un grupo control alimentado con una dieta estándar y comparado con otro grupo con una dieta rica en grasas, otro con una dieta rica en grasas que incluía el probiótico Bifidobaceterium breve CECT824 y un último grupo con una dieta rica en grasas y con el probiótico y ácidos grasos omega-3.
Una dieta rica en grasas favorece la oxidación lipídica y la neurodegeneración
Una de las primeras conclusiones de esta investigación es que existe una asociación entre la dieta rica en grasas con la neurodegeneración y que esto se debe a la oxidación lipídica.
A este respecto, la otra coordinadora del estudio, señala la Dra. Mariona Jové, profesora de Fisiología de la Universitat de Lleida e investigadora del Institut de Recerca Biomédica de Lleida (IRBLleida), señala que «hemos comprobado como esta dieta ocasiona modificaciones en las mitocondrias, que son las fábricas de energía de nuestro cuerpo. Así hemos visto que algunas mitocondrias en el cerebro son sensibles al tipo de dieta y esto es importante porque sería posible prevenir el daño ocasionado».
Esta experta recalca que, aunque los animales utilizados eran jóvenes, ya se pudo comprobar el daño cerebral que en un futuro podría contribuir a la neurodegeneración.
En este sentido, este estudio de la Universitat de Lleida y el IRBLleida, impulsado y financiado por Laboratorios Ordesa, se ha podido corroborar que la inclusión de un probiótico en la dieta produce ya un primer cambio protector de la oxidación lipídica, que se ve incrementado con el añadido del ácido omega-3, demostrándose por primera vez que esta suplementación ayuda a prevenir el daño cerebral ocasionado por una dieta rica en grasas en el cerebro prepuberal en mamíferos.
«Teniendo en cuenta que las dietas altas en grasas están relacionadas con la neurodegeneración, estos son resultados prometedores, ya que muestran que este abordaje dietético podría ser eficaz para proteger el cerebro del daño oxidativo, incluso en el contexto del consumo de una dieta alta en grasas», concluye la Dra. Jové,
Las personas interesadas pueden consultar aquí las conclusiones del estudio «High-Fat Diet-Induced Obesity Increases Brain Mitochondrial Complex I and Lipoxidation-Derived Protein Damage» publicadas en la revista Antioxidants.