Integrar en el sistema de salud chequeos cerebrales anuales, con apoyo de los nuevos desarrollos tecnológicos, es fundamental para frenar el crecimiento exponencial de las demencias, tal y como expuso el prestigioso neurocientífico Álvaro Pascual-Leone, catedrático de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en una conferencia organizada por la Asociación de Familiares de Alzheimer de València (AFAV).
En esta conferencia Álvaro Pascual-Leone urgió a redefinir los procesos para el diagnóstico y tratamiento de las demencias ante su creciente incidencia en la población mundial, a trabajar con terapias personalizadas, que contemplen los estilos de vida, y a aplicar un enfoque holístico, que incluya a las familias y a las personas cuidadoras.
Este experto recalcó la necesidad de «transformar el tratamiento de las demencias. Tenemos el conocimiento y el valor científico para trasladarlo al aspecto práctico. Hasta el 80% de la discapacidad causada por las demencias se debe a una enfermedad no diagnosticada o a estilos de vida perjudiciales. Por lo tanto, es prevenible».
«El abordaje tiene que ser más completo, pero, sobre todo, tenemos que anticiparnos. Lo ideal es que, cuando estemos sanos, podamos trabajar para desarrollar la capacidad del cerebro para soportar la enfermedad y no desarrollar síntomas (resiliencia) y promover estilos de vida positivos para la salud cerebral», subrayó el doctor Pascual-Leone.
El neurocientífico de la Universidad de Harvard recalcó algunos de los últimos descubrimientos en los diferentes ámbitos de la demencia, desde el diagnóstico, a la importancia del estilo de vida (tanto en prevención, como en tratamiento), de las terapias de estimulación cognitiva, los nuevos fármacos en desarrollo (entre los que mencionó Lecanemab y Donanemab, que están arrojando resultados muy positivos) y los importantes avances logrados con las nuevas tecnologías.
A este respecto indico que «tenemos una oportunidad de oro para cambiar el sistema, que viene dada por los desarrollos tecnológicos y en tratamientos. Con la tecnología que estamos desarrollando, la precisión predictiva alcanza el 98%. Hoy en día, tenemos la oportunidad de usar la tecnología cotidiana para empoderarnos; por ejemplo, mediante aplicaciones para teléfonos móviles, que acumulan información personalizada y pueden permitirnos detectar anomalías y acudir al especialista en el momento adecuado. Con todo ello, empezamos a vislumbrar la posibilidad de una intervención realmente personalizada, que actúe en función de las posibilidades y necesidades del individuo, y ganar un tiempo valioso en el avance de la enfermedad».
Asimismo, Pascual-Leone recalcó el papel que deben asumir las Administraciones e instituciones públicas, tanto como gestores de los sistemas de salud públicos, como a la hora de garantizar los recursos necesarios para las personas con demencias y sus familias. “Hay que invertir de forma eficaz y garantizar una integración de sistemas de salud pública. En Estados Unidos, esto es difícil que pase, porque la salud está muy segmentada y de una manera ilógica. Pero en España, debería pasar. Seríamos un ejemplo para el mundo”, afirmó.
Estilo de vida saludable para prevenir la demencia
El experto destacó en esta conferencia organizada por AFAV que uno de los factores «con más impacto en la resiliencia cognitiva son los estilos de vida. Un reciente estudio demuestra que, del impacto funcional de las demencias, solo un 11% es debido a las patologías. El 89% es atribuible a los estilos de vida. Cuando nos damos cuenta, es demasiado tarde. Hay que empezar a promocionar la salud vinculada al estilo de vida desde el principio. Comer bien, dormir bien, hacer ejercicio… para prevenir».
«La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el mayor riesgo para la salud humana es la pérdida de capacidad cerebral, las enfermedades discapacitantes del cerebro, que tienen más impacto que el cáncer y las enfermedades cardiovasculares juntas. La Enfermedad de Alzheimer es hoy la causa número uno de demencia en el mundo: hay más de 50 millones de personas diagnosticadas y esta cifra se triplicará en los próximos 25 años. Se estima que, cada tres segundos, una persona desarrolla esta enfermedad y muchos casos no están diagnosticados», advirtió el neurocientífico.
«La realidad hoy en día es que, desde el momento de contraer la Enfermedad de Alzhéimer hasta que aparecen los síntomas, pasan de promedio 15 años. Son 15 años perdidos para las posibles intervenciones. Hay que actuar lo antes posible«, concluyó Álvaro Pascual-Leone.