Un artículo de Noelia Cámara, estudiante en prácticas del Master Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Rey Juan Carlos
Supervisado por Giovanna Cisneros (M- 38361), neuropsicóloga en Cognitiva Unidad de Memoria Chamartín
El síndrome confusional agudo (SCA) o delirium es una manifestación clínica de uno de los grandes síndromes geriátricos, que supone un cambio agudo durante un periodo breve, inferior a 3 meses (puede durar de horas a días), acompañado de alteraciones cognitivas (atención, pensamiento, memoria, percepción, movimiento, emoción).
Este cambio suele ser reversible y es una manifestación causada por factores de índole casi siempre orgánico como, por ejemplo, infecciones, medicamentos (intoxicaciones o periodos de abstinencia) u otras patologías existentes, como insuficiencias en algún órgano. Los accidentes cerebrovasculares pueden causar también un SCA, especialmente cuando suceden en los lóbulos frontal y temporal. Aunque sea una alteración reversible, presenta una morbi-mortalidad significativa (10-26%).
Sin embargo, aunque las causas suelan ser de tipo orgánico, hay agentes que pueden predisponer a la persona a desarrollar SCA, como la presencia de algún grado de demencia, deterioro cognitivo o estados anímicos de depresión o ansiedad. La incidencia de este síndrome aumenta con la edad y presenta alta comorbilidad con otros problemas o enfermedades habituales en personas mayores.
De hecho, muchas veces se trata como un síntoma más consecuente del desarrollo de otras complicaciones o patologías. El porcentaje de SCA en la población constituye un 1,1% de las personas con edades superiores a 55 años. Además, del total de hospitalizados, presenta una prevalencia de 10-20%, siendo más frecuentes en los hombres (Manjón et al., 2021)
Durante el proceso de envejecimiento natural se reducen el número de neuronas, la morfología y la bioquímica de estas, lo que puede suponer un predisponente a padecer este síndrome. En la presencia de demencia o estados anímicos depresivos se reducen los niveles de serotonina o noradrenalina y el número de neuronas. Este tipo de pacientes suelen constituir dos tercios de todos los que sufren el síndrome confusional agudo.
Además, otro factor que puede predisponer la aparición de SCA en una persona mayor es la exposición a situaciones de estrés, como situaciones de duelo, privación sensorial o aislamiento social. También la hospitalización del paciente puede desubicarlo y puede constituir otro factor que haga más probable la aparición de este síndrome.
Antes del desarrollo de síntomas del SCA, se da una fase prodrómica donde la persona puede sentir ansiedad, inquietud, cansancio, etc. Posteriormente, aparecen los síntomas y se van desarrollando de forma brusca y fluctuante con el tiempo, con una duración que va de horas a días si se corrige la causa que desencadena el síndrome. Entre las alteraciones cognitivas que se dan en la persona destacan:
- Alteraciones en la atención, constituyendo el núcleo principal de este síndrome, pues la persona es incapaz de centrar la atención en un estímulo concreto y se fija en detalles irrelevantes del entorno.
- Alteraciones de la conciencia, donde el paciente puede pasar del estupor a la hiperactividad.
- Alteraciones en el ciclo sueño-vigilia, pudiendo presentar insomnio durante la noche e hipersomnia durante el día.
- Alteraciones en la actividad psicomotora, por exceso o bien por carencia, ya que en algunos pacientes se incrementa notablemente la actividad psicomotriz y en otros se reduce, pudiendo incluso llegar al coma en las situaciones más graves.
- Alteración del pensamiento, pues este se vuelve desorganizado, con un lenguaje incoherente.
- Alteraciones en la percepción, con ilusiones y alucinaciones.
- Alteraciones en la orientación, tanto espacial como temporal.
- Alteraciones en la memoria, sobre todo anterógrada, pues son incapaces de crear nuevos recuerdos por su dificultad para fijar la atención en algo concreto sin distraerse.
En cuanto al diagnóstico, la confusión y desorientación son los indicadores más destacables de un cuadro confusional agudo. La prueba psicométrica CAM (Confusion Assessment Method) se trata de una herramienta validada que permite identificar el SCA, pudiendo también realizar un diagnóstico diferencial entre otras patologías psiquiátricas como, por ejemplo, la demencia o la psicosis.
Puede resultar complejo distinguir entre el SCA y la demencia, pues en esta última se pueden producir alteraciones cognitivas o físicas abruptas. Sin embargo, la principal diferencia es que estas alteraciones en el SCA son normalmente reversibles y tratables, mientras que en la demencia estos cambios son irremediablemente progresivos, pues el desarrollo de los síntomas se da de forma natural e irreversible.
Es importante, tras identificar que se trata de un SCA, detectar los predisponentes del síndrome cuanto antes, para poder comenzar un tratamiento. Este, estará enfocado en erradicar la causa que ha originado la confusión, además de un equipo interdisciplinar que involucre al entorno del paciente y, que favorezca su seguridad y su recuperación.
El pronóstico de este síndrome es muy variado, ya que depende de la gravedad y del estado clínico anterior de la persona que lo ha padecido. Sin embargo, independientemente de estas variables, es necesario el empleo de la estimulación cognitiva como tratamiento del mismo por varios motivos:
- Prevención del empeoramiento y compensación de las funciones cognitivas alteradas a causa del síndrome.
- Mejora de la orientación afectada como consecuencia de la aparición de este.
- Fomento de las interacciones sociales, con el fin de alcanzar el bienestar en el paciente a través de la conexión con los demás, evitando el aislamiento y estados de ánimos depresivos tras sufrir el síndrome.
- Facilitación de la recuperación en la persona, instaurando de nuevo las actividades diarias que realizaba el paciente
Bibliografía
Manjón, C., Sanz, C., Salinas, C. E., Sebastián, L., Palacín, M. y Medina, A. (2021). Síndrome confusional agudo, cada vez más presente. Revista Sanitaria de Investigación, 2(7), 97.
Lázaro-Del Nogal, M. y Ribera-Casado, J. (2009). Síndrome confusional (delirium) en el anciano. Psicogeriatría, 1(4), 209-221.
Pérez, Y., Turro, L. N., Mesa, R. y Turro, E. (2018). Peculiaridades del síndrome confusional agudo en el anciano. Medisan, 22(5), 543-550.