Desde la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) y la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) se advierte de la importancia de una mayor la toma de conciencia política y social sobre la prevención y el cuidado de la salud auditiva de las personas mayores.
FIAPAS y la PMP recalcan la necesidad de acabar con los estereotipos y las ideas erróneas sobre la pérdida de audición. Y es que, tal y como señala la ONU, la mentalidad estigmatizante enquistada en la sociedad es uno de los principales lastres para la prevención y el tratamiento de la sordera. En este sentido, abogan por impulsar, de manera conjunta, no solo la necesaria toma de conciencia política y social, sino también la de las propias personas con sordera y sus familias.
Y es que la elevada prevalencia de la sordera entre las personas mayores, se une el desconocimiento que existe acerca de las implicaciones y efectos perniciosos que tiene la pérdida de audición sobre su estado cognitivo y emocional, y sobre el desarrollo de una vida autónoma y participativa con pleno ejercicio de sus derechos.
Como señalan desde ambas entidades, esta falta de conocimiento viene motivada tanto por la invisibilidad de la propia discapacidad auditiva como por la caricaturización de la persona mayor con sordera que existe en el imaginario social. Estas situaciones, sumadas al conformismo del entorno familiar de la persona mayor que percibe la pérdida auditiva como una consecuencia inevitable del envejecimiento, son las primeras barreras para superar.
Este desconocimiento general impregna las políticas públicas, en las cuales la falta de prevención y de diagnóstico precoz de la pérdida de la audición a partir de los 50 años provoca inacción o la reacción tardía para el tratamiento más eficaz de la sordera.
FIAPAS y la PMP se dirigen a las propias personas mayores, a sus familias y a los profesionales del ámbito sociosanitario con los que se relacionan, poniendo en su conocimiento que, en la actualidad, existen avances médicos, audiológicos y tecnológicos que favorecen las condiciones precisas para oír bien y, en definitiva, para vivir mejor.
Por ello, FIAPAS y la PMP apelan a los poderes públicos, y a la sociedad en su conjunto, para que de forma permanente se ponga el foco en las respuestas necesarias para contrarrestar los efectos nocivos que ampliamente evidencia la literatura científica sobre el aislamiento, la soledad, el deterioro cognitivo y la falta de motivación para la interacción.
Todo lo cual se traduce en una merma de los derechos y el bienestar, no solo de las propias personas mayores con sordera no tratada, sino también la de sus entornos más próximos. Y este impacto negativo se agrava con la falta de acceso a audífonos e implantes auditivos, así como también con los obstáculos y barreras del entorno que estas personas tienen que afrontar ante la falta de accesibilidad auditiva, a la información y a la comunicación. Por ello, ambas entidades demandan poner en el centro de la planificación de las políticas públicas el binomio “audición-persona mayor”.
Según datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), la presbiacusia (consecuencia del envejecimiento del sistema auditivo) afecta aproximadamente al 30% de la población general entre 65-70 años, alcanzando al 80% de la población por encima de los 75. Según la Encuesta EDAD-INE 2021, el 75% de las personas con discapacidad auditiva tiene 65 o más años (más del 97% comunica en lengua oral).