El Grupo Sociosanitario IMQ Igurco, que gestiona en Euskadi más de 1.300 plazas en residencias de personas mayores, ha implementado un sistema de información mensual de indicadores de riesgos sanitarios dirigido a familiares de personas residentes. Esta iniciativa busca promover la transparencia y mejorar la calidad asistencial.
La implantación de esta medida para informar sobre indicadores relativos a los riesgos sanitarios surge con el objetivo de ofrecer una mayor transparencia y conocimiento sobre la labor asistencial que realizan los profesionales de IMQ Igurco sus centros durante la atención a las personas mayores y la calidad asistencial.
Tal y como señala la Dra. Naiara Fernández, especialista en Geriatría y directora Asistencial de IMQ Igurco, a través del sistema de indicadores de riesgos, instaurado en cada centro desde su constitución, los profesionales del grupo pueden «identificar desviaciones sobre la atención sociosanitaria óptima, proponer planes de actuación que disminuyan el riesgo individual de presentar un evento adverso y definir objetivos para cada uno de los indicadores, de acuerdo con los estándares de calidad establecidos por las sociedades científicas».
La Organización Mundial de la Salud define una atención sanitaria de calidad como un proceso que abarca la promoción de la salud, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y la paliación, cuya calidad puede medirse y mejorarse continuamente mediante la prestación de una atención basada en datos probatorios que tenga en cuenta las necesidades y preferencias de los usuarios de los servicios: los pacientes, las familias y las comunidades.
De hecho, tal y como hace hincapié la Dra. Fernández, «durante los últimos años, y de una manera creciente, las personas mayores que ingresan en residencias, lo hacen en muchas ocasiones con un contexto de comorbilidad clínica (varias enfermedades crónicas simultáneas), deterioro funcional y cognitivo, con un elevado riesgo de desarrollo de síndromes geriátricos, como caídas, úlceras por presión y delirium, entre otros».
De este modo, a partir de ahora, y de manera mensual, cada familiar de referencia recibe indicadores de distintas escalas de valoración de la población geriátrica del centro, síndromes geriátricos y de varios aspectos de buen trato.
Valoración de la población geriátrica
En cuanto a los indicadores descriptivos de las características de la población de cada una de las residencias, el primero es el promedio de la escala Barthel, que mide «la capacidad de autocuidado de las personas, así como sus apoyos para la ejecución del aseo, vestido, alimentación, transferencias entre la cama y la silla, el uso del baño y continencia urinaria y fecal», tal y como apunta la Dra. Fernández.
El segundo indicador es un promedio de la escala Mini Mental Status Examination (MMSE), que informa sobre el grado de deterioro cognitivo de una persona, «abarcando desde la integridad cognitiva, al deterioro cognitivo severo».
A estos dos indicadores se les suma el Inventario Neuropsiquiátrico de Cummings (NPI) que se aplica a personas que presentan síntomas psicológicos y conductuales en el contexto de una demencia (agitación psicomotriz, agresividad, delirios…), con carácter grave. «Es un indicador sobre la necesidad de una intervención específica para su reconducción, con una terapia no farmacológica, modificación de la prescripción farmacológica, etcétera».
Indicadores de síndromes geriátricos
Los síndromes geriátricos son un conjunto de cuadros, signos y síntomas que presentan los pacientes en situación de dependencia. Están causados por el deterioro de los órganos y sistemas, y por la respuesta de éstos ante enfermedades comunes. Aumentan la vulnerabilidad de la persona y en muchos casos, aumentan la incapacidad funcional y social, afectando de forma negativa a la percepción de calidad de vida del paciente geriátrico y de su entorno de cuidados.
En este contexto, desde IMQ Igurco, inicialmente, se envían mensualmente indicadores sobre el número de personas con úlceras por presión (personas que tienen abierta alguna lesión cutánea derivada de la falta de movilidad, que precisan curas de enfermería) y el número de personas que han sufrido una caída durante el mes.
Indicadores de buen trato
Respecto a los indicadores de buen trato, el primero lo constituye el número de derivaciones e ingresos hospitalarios. «Se considera una buena práctica en el trato a las personas mayores valorar el beneficio y el riesgo que puede suponer un ingreso hospitalario, especialmente en personas frágiles o en situación de enfermedad avanzada, que puede ser evitable o resuelto mediante otras alternativas, como son la atención domiciliaria por equipos especializados, propios o con apoyo del servicio público de salud».
El segundo indicador de buen trato dentro de este nuevo sistema de seguimiento es el número de personas con sujeción física. Según señala la directora Asistencial de IMQ Igurco, «se ha amparado el uso de las sujeciones físicas en la falsa creencia de que su utilización protege la integridad de la persona que tiene, entre otros, un problema conductual como agresividad, inquietud o impulsividad, riesgo de caída o un problema postural, con el fin de evitar así daños mayores. Sin embargo, esta visión del cuidado en la que el profesional o el familiar de referencia, con el objetivo de proteger, subordina los derechos de dignidad y autonomía de la persona cuidada, se considera maleficente en términos éticos».
La doctora concluye expresando su deseo de que la comunicación de estos indicadores sirva para acercar «el compromiso de los profesionales de IMQ Igurco con la calidad en el trato y la mejora continua».