El 70% de pacientes con insuficiencia cardiaca crónica tienen algún grado de disfunción renal, tal y como revelan dos análisis llevados a cabo en España utilizando el Registro Cardiorrenal Español (CARDIOREN), una iniciativa del Grupo de Trabajo de Síndrome Cardiorrenal de la Sociedad Española de Cardiología.
El objetivo de estos análisis fue evaluar la prevalencia de la enfermedad renal en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica y explorar las diferencias en el síndrome cardiorrenal según el sexo del paciente. En CARDIOREN han participado 13 unidades de Insuficiencia cardiaca españolas, y que consiste en un registro observacional multicéntrico prospectivo con seguimiento de un año que comenzó en 2021, y que incluye 1.107 pacientes ambulatorios crónicos con insuficiencia cardiaca, siendo el 37% de los pacientes mujeres y una mediana de edad de 75 años.
Como explica la doctora Marta Cobo, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (IDIPHISA), investigadora del CIBERCV y una de las autoras de ambos estudio, «esta prevalencia del 70% es la más alta registrada en una población contemporánea, con insuficiencia cardiaca estable«. «Además, hemos descrito el fenotipo cardiorrenal, caracterizado por edad avanzada, sexo femenino, y fracción de eyección ventricular izquierda preservada«, puntualiza la doctora Cobo.
El envejecimiento de la población y la mejora continua del diagnóstico y el tratamiento han provocado un aumento progresivo de las cifras de la enfermedad renal crónica (ERC) y se ha convertido en una importante comorbilidad en los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC), señala la Sociedad Española de Cardiología. Además, se espera que la ERC se convierta en la quinta causa mundial de muerte en 2040.
«El diagnóstico precoz de insuficiencia renal en pacientes con insuficiencia cardiaca permitiría la implementación de medidas terapéuticas con beneficio pronóstico establecido». «Tomar conciencia de este creciente fenotipo ‘cardiorrenal’ debería favorecer la creación y organización de estructuras de atención multidisciplinar, como unidades de insuficiencia cardiaca o unidades cardiorrenales, que aborden de una manera holística y coordinada a los pacientes con enfermedad cardiorrenal», destaca la investigadora del CIBERCV.
Diferencias específicas entre sexos
Los datos del registro CARDIOREN también han permitido analizar las diferencias específicas entre sexos en pacientes con enfermedad cardiaca y renal combinadas que, hasta ahora, no se habían descrito completamente. Una de las posibles explicaciones a las diferencias específicas entre sexos puede ser la compleja interrelación fisiopatológica cardiorrenal.
De acuerdo con los resultados obtenidos en el estudio, se observa que, en mujeres, predomina el fenotipo cardiorrenal caracterizado por ERC avanzada, valvulopatía, anemia, congestión e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (ICFEp) mientras que la IC con fracción de eyección reducida (ICFEr), la etiología isquémica, la hipertensión, la hiperpotasemia y la fibrilación auricular se observaron con mayor frecuencia en varones.
Como explica el doctor Julio Núñez, del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, investigador del INCLIVA y uno de los autores del estudio, «al analizar la población general con IC y enfermedad renal de nuestro estudio, también observamos que los pacientes varones con enfermedad cardiorrenal presentaban predominantemente ICFEr con una mayor prevalencia de miocardiopatía isquémica, hipertensión y fibrilación auricular«.
«El tabaquismo y la hipertensión eran los únicos factores de riesgo tradicionales más elevados en esta población masculina. Además, es destacable el hecho de que la prevalencia de hiperpotasemia moderada y grave hallada en nuestro estudio fue mayor en los varones», puntualiza el doctor.
Por su parte, Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca, destaca que «uno de los compromisos de la compañía es colaborar en el desarrollo de estudios como estos, enfocados en las enfermedades cardiorrenales, en las que es tan importante tener en cuenta sus factores de riesgo y comorbilidades.
En esta misma línea, el Dr. Julio Núñez recalca que «entre los valores añadidos que debe aportar la industria farmacéutica está la generación de conocimiento, promoviendo estudios independientes conducidos por investigadores».