Las técnicas de refuerzo vertebral, como la vertebroplastia o la cifoplastia, reducen el dolor, favorecen la recuperación de la funcionalidad y mejoran considerablemente la calidad de vida de los pacientes con fractura vertebral osteoporótica.
Así lo afirma Luis Álvarez Galovich, presidente de la Sociedad Española de Columna (GEER), director del Instituto Avanzado de Columna y jefe de la Unidad de Columna del Hospital Quirónsalud de Ciudad Real, que recalca los beneficios de la intervención quirúrgica mínimamente invasiva a la hora de afrontar la fractura vertebral osteoporótica.
Como señala este experto, uno de los 100 mejores médicos de España según la recién publicada lista Forbes, “más del 85% de los casos abordados con estas técnicas recobran la funcionalidad perdida, se vuelven más activos y mejoran su calidad de vida”. Álvarez Galovich recalca también que, “al tratarse de procedimientos mínimamente invasivos se pueden emplear incluso en los casos más complejos o en pacientes de avanzada edad”.
El presidente de la Sociedad Española de Columna (GEER) y jefe de la Unidad de Columna del Hospital Quirónsalud de Ciudad Real advierte que las fracturas vertebrales osteoporóticas causan una “gran incapacidad, así como dolor a los pacientes, además de deformar progresivamente toda la columna vertebral”. Por ello, “es necesario abordarlo cuanto antes, sobre todo de cara a frenar ese deterioro progresivo y la fragilidad del esqueleto”.
Y es que las fracturas vertebrales osteoporóticas son accidentes que provocan dolor crónico, curvatura, reducen la calidad de vida y aumentan el riesgo de sufrir nuevas fracturas, ya que el hueso roto afecta a la distribución del peso a lo largo de la columna vertebral.
Vertebroplastia y cifoplastia, dos técnicas de refuerzo vertebral
La fractura vertebral osteoporótica constituye la fractura por fragilidad más común asociada a la osteoporosis. Estas fracturas de compresión ocurren espontáneamente o a raíz de un traumatismo menor en pacientes con disminución de la densidad ósea.
El tratamiento conservador, reposo y en la toma de analgésicos, “puede ser eficaz en un 80% de los casos”. Sin embargo, “en algunas ocasiones se puede producir una deformidad progresiva y un dolor incapacitante que no responde a los tratamientos convencionales”, indica el presidente de la Sociedad Española de Columna (GEER).
Por este motivo, a fin de evitar fracturas en cascada, el experto recomienda, en la mayoría de los casos, “realizar este refuerzo vertebral mínimamente invasivo que evita el deterioro continuado de la columna”.
La vertebroplastia suele realizarse con anestesia local y utilizando una guía que se sitúa mediante control radiologico y sirve para inyectar una mezcla de cemento en hueso fracturado. Por su parte, la cifoplastia inserta un balón en el hueso para crear un espacio para, a continuación, rellenarlo con cemento.
Aproximadamente, el 15% de las fracturas por causa osteoporótica son fracturas vertebrales que ocasionan “la pérdida de altura de los cuerpos vertebrales y de los discos, y aumentan exponencialmente el riesgo de sufrir nuevas fracturas”, ha añadido el doctor Galovich.
La osteoporosis es una enfermedad metabólica crónica que compromete el esqueleto, provocando una reducción en la densidad y la resistencia de los huesos, lo que aumenta la susceptibilidad a las fracturas. No obstante, solo un reducido número de casos con alto riesgo de fracturas recibe el tratamiento adecuado.
La edad y el género son factores determinantes, dado que la osteoporosis afecta principalmente a las mujeres, sobre todo después de la menopausia. Por ello, se aconseja que las mujeres reciban seguimiento especializado durante este tiempo, incrementando la ingesta de calcio para fortalecer la densidad ósea, considerando que la osteoporosis no manifiesta síntomas previos a una fractura.