La osteoporosis es una enfermedad crónica y progresiva que acarrea la pérdida de la masa y la resistencia óseas. La carga de las fracturas por fragilidad ósea en los países europeos es mayor que la de muchas otras enfermedades crónicas y solamente la superan la cardiopatía isquémica, la demencia y el cáncer de pulmón, tal y como se expuso en la XVII Reunión de Osteoporosis y Metabolismo Mineral de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), celebrada en Madrid.
En la Unión Europea (UE), se producen anualmente 1.194.000 fracturas por osteoporosis en hombres y 2.298.000 en mujeres y, en España, se producen, cada año, más de 285.000 nuevas fracturas por fragilidad (33 cada hora).
Tal y como señaló la Dra. Rosa Arboiro, coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis y Metabolismo Mineral (GTOMM) de la SEMI, durante su intervención en la XVII Reunión de Osteoporosis y Metabolismo Mineral, «entre sus factores de riesgo están la edad, el sexo femenino, la fractura de cadera en progenitores, el haber presentado una fractura por fragilidad previa, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física, el bajo peso, las enfermedades endocrinológicas e inflamatorias intestinales y los tratamientos como los glucocorticoides».
En relación a la complejidad de su tratamiento, esta experta señaló que, «en las personas de cierta edad, coexisten enfermedades muy frecuentes como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la insuficiencia renal o la EPOC, siendo el internista el especialista ideal para tratar simultáneamente todos estos procesos, adaptando los fármacos a las necesidades del paciente pluripatológico«.
En la reunión de la SEMI se trató con especial atención la osteoporosis en pacientes diabéticos y con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Se calcula que el 80% de los pacientes con osteoporosis tienen al menos una comorbilidad crónica de base.
Como recalcó la Dra. Arboiro, algunos estudios han descrito una «prevalencia de osteoporosis entre el 24% y el 44% en la población con EPOC en varios países de todo el mundo». La etiología de la pérdida de masa ósea en la EPOC es incierta; sin embargo, se cree que es multifactorial, involucrando factores como el género femenino, el uso de corticosteroides orales o inhalados, el hipogonadismo, el consumo de tabaco, la falta de ejercicio físico, la deficiencia de vitamina D y la inflamación crónica.
La osteoporosis conlleva directamente un mayor riesgo de fracturas y un incremento en la incidencia de fracturas por fragilidad. Las más comunes son las de cadera, vértebras y antebrazo, que juntas representan la mitad de todas las fracturas.
La osteoporosis afecta a ambos sexos
«Una de las formas en las que afecta a la mujer después de la menopausia es la conocida como postmenopáusica. En el varón suele ser idiopática o secundaria a un amplio número de enfermedades, como determinadas endocrinopatías (entre ellas el hipogonadismo o el hiperparatiroidismo primario), el alcoholismo, enfermedades reumáticas, muchas neoplasias o su tratamiento (inmunosupresores o esteroides), producidas por fármacos, (como las sales de litio o los anticonvulsivantes además de los esteroides ya mencionados) o secundarias a enfermedades como los accidentes cerebrovasculares o las paraplejias o tetraplejias«, indicó la Dra. Arboiro.
«El internista tiene la formación para estudiar y tratar prácticamente todas las causas secundarias de osteoporosis, además de la idiopática y la postmenopáusica», indicó.
Durante la reunión de la SEMI también se analizó el uso de técnicas de imagen no invasivas para medir la calidad y cantidad ósea y en investigación clínica, como la utilidad de «Trabecular Bone Score y 3D-DXA». Ambas técnicas se basan en la aplicación de un programa informático específico en cada caso a los archivos de la densitometría ósea, proporcionando información sobre la calidad y la microestructura ósea. Esto las convierte en técnicas accesibles y útiles para la investigación clínica.
También se abordó un nuevo tratamiento osteoformador: la abaloparatida, un tratamiento disponible en EE.UU. y otros países desde hace unos años y que llegará a España próximamente. El perfil de las pacientes que se proponen como «susceptibles a tratamiento con este nuevo tratamiento, especialmente las mujeres postmenopáusicas con muy alto riesgo de fractura especialmente vertebral, pero posiblemente dado su efecto sobre hueso cortical, también en pacientes con fractura de cadera«, tal y como indicó la María Jesús Moro, secretaria del GT de Osteoporosis y Metabolismo Mineral (GTOMM) de la SEMI.