Con el objetivo de transformar los actuales modelos reactivos, que buscan paliar los efectos de la enfermedad, por otros centrados en la prevención, el fomento del autocuidado y el envejecimiento saludable, desde el Instituto de Biomecánica (IBV) se aboga por un “cambio de paradigma” en la atención y cuidado del envejecimiento poblacional basado en el desarrollo de tecnologías para la monitorización continua, remota y no intrusiva en contextos cotidianos.
Como señalan desde el Instituto de Biomecánica (IBV) para abordar la salud presente y futura de las personas mayores cada día cobran mayor importancia los entornos domésticos inteligentes capaces de recoger información relevante a través de tecnologías como Internet de la Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), Inteligencia Artificial (IA) o computación en el borde.
A este respecto, David Garrido, director de Innovación en Valoración Biomédica de IBV, destaca que con estas tecnología “buscamos facilitar una intervención anticipada y una prescripción personalizada para favorecer una detección temprana de problemas asociados al envejecimiento”. “Más allá de la atención sociosanitaria, las tecnologías con las que estamos trabajando en IBV buscan transformar el hogar para que sea el entorno el que cuide de nosotros”, apunta.
Esto es especialmente relevante teniendo en cuenta que España es el cuarto país europeo con más personas mayores. Actualmente, el 20,1 % de los españoles tiene más de 65 años y se espera que esta proporción aumente en los próximos 20 años.
El experto de IBV también detalla que si excluimos el historial médico y la genómica, “hay un 60% de la información sobre nuestra salud que sucede mientras vivimos y que queda fuera de las organizaciones sanitarias”. Por ello, “nuestro gran reto es conseguir que el contexto del paciente se sistematice y ponga en valor la información relevante para alcanzar una salud más personalizada”. En ese sentido, en el futuro del envejecimiento saludable, “las tecnologías inteligentes cuidarán nuestra calidad de vida y nos ayudarán a envejecer mejor”.
Identificación precoz de los factores que determinan el envejecimiento
Por otro lado, IBV propone la definición de nuevos conceptos tecnológicos para la vigilancia y el control de riesgos de personas mayores con alteraciones funcionales físicas y cognitivas. “Cada vez hay más personas mayores que viven solas, lo que queremos es crear espacios cotidianos más seguros e inteligentes que actúen rápido ante situaciones de riesgo”, señala David Garrido. En este sentido, los trabajos de IBV en el campo de personas mayores tratan de dar respuesta a “necesidades específicas de cada individuo”, con metodologías propias para la identificación temprana de los factores que determinan el envejecimiento.
Desde IBV también se trabaja en la generación de nuevas soluciones que puedan valorar la salud mental y la función cognitiva. El objetivo es la “monitorización sin contacto mediante tecnologías como el gemelo digital, algoritmos de IA aplicados a análisis de variables fisiológicas o análisis de voz”, detalle el director de Innovación en Valoración Biomédica de IBV.
En esa línea, “el estudio de las variables fisiológicas como el ritmo cardiaco, respiratorio o la sudoración nos da información que la persona no es capaz de verbalizar”. “Pero el reto es cómo capturar esa información sin un parche o un dispositivo físico: ahí entran las tecnologías sin contacto”, puntualiza este experto.
Además, para David Garrido, la voz puede ser una nueva variable fisiológica, ya que “los algoritmos de IA que relacionan la voz, el nivel semántico o la prosodia con el nivel de salud mental nos permiten establecer pautas preventivas o anticipar episodios como depresión u otras patologías mentales”.