Los compuestos bioactivos presentes en el aceite de orujo de oliva podrían tener un potencial efecto protector contra la enfermedad de Alzheimer, tal y como revela un estudio del Instituto de la Grasa del CSIC, que en octubre comenzará su tercera fase con personas diagnosticadas de Alzheimer en un estadio primario.
Las microglías, células derivadas de la médula ósea y presentes en todas las regiones del sistema nervioso central, tienden a promover la neurodegeneración cuando experimentan inflamación, lo que las ha vinculado con esta enfermedad.
Frente a ello, compuestos bioactivos presentes en el aceite de orujo de oliva, como el ácido oleanólico, tocoferol y sitosterol, podrían tener la capacidad de mitigar la activación de estas células y reducir la inflamación asociada, lo que supone un potencial efecto protector contra la enfermedad de Alzheimer.
Esto es precisamente lo que analiza el estudio “Protección frente a la enfermedad de Alzheimer mediante la atenuación de la activación de microglía por el Aceite de Orujo”, que está desarrollando el Instituto de la Grasa-CSIC.
Ya se han realizado las fases I y II de este estudio, que confirman la doble hipótesis de partida. Por un lado que las TRL, partículas transportadoras de sustancias de tipo liposoluble en el torrente sanguíneo, tienen la capacidad de activar las células de microglía, dando lugar a un proceso inflamatorio. Por otro, demuestra que los compuestos minoritarios del aceite de orujo de oliva pueden atenuar la activación de la microglía.
En definitiva, estos resultados muestran que los compuestos bioactivos del aceite de orujo de oliva inhiben los procesos inflamatorios y oxidativos asociados a la activación de la microglía, augurando un efecto protector frente a la enfermedad de Alzheimer.
“Lo principal es que se ha constatado que el transporte de la grasa en la dieta puede contribuir a desarrollar la enfermedad”, señala Javier Sánchez Perona, científico titular del Instituto de la Grasa-CSIC (IG) e investigador principal del estudio. “Por tanto, podemos aprovechar esta misma ruta, el transporte de la grasa en el organismo, para la prevención del Alzhéimer”.
Comprobar la hipótesis en personas diagnosticadas de Alzheimer
En octubre comienza la tercera fase de este estudio para comprobar la hipótesis en personas diagnosticadas de Alzheimer en un estadio primario (que presentan problemas de memoria o un deterioro cognitivo incipiente). La investigación concluirá a finales de 2025.
Para este proyecto se parte de la hipótesis de que estas personas presentarán alteraciones en el metabolismo lipídico postprandial que darán lugar a TRL con mayor capacidad de sobreactivar la microglía, pero que la ingesta de aceite de orujo atenuará esa activación. De ser así, se revelaría que consumir aceite de orujo puede prevenir la neuroinflamación provocada por la sobreactivación de la microglía, reduciendo el riesgo de desarrollo y de la progresión del Alzheimer.
“Lo que proponemos es que los compuestos bioactivos del aceite de orujo podrían ayudar a prevenirlo o ralentizarlo”, indica Sánchez-Perona. Es decir, que el aceite de orujo de oliva es un prometedor agente neuroprotector frente al Alzheimer.
¿Qué es el aceite de orujo de oliva?
Tras la recogida de la aceituna, ésta se muele en la almazara para obtener el aceite de oliva. La materia restante que se obtiene tras la molturación, mezcla de agua, piel, hueso y aceite, es lo que se denomina orujo graso húmedo o alpeorujo.
Gracias a un proceso sostenible de extracción, de este orujo graso se recupera el aceite que queda, después se refina y, por último, se encabeza o mezcla con una proporción de aceite de oliva virgen extra o aceite de oliva virgen, con lo que se obtiene el aceite de orujo de oliva listo para su consumo.
Se trata de un aceite de gran calidad nutricional, compuesto en más de un 80% por ácido oleico y tiene un 3% de compuestos bioactivos, y que destaca por su elevado rendimiento en fritura y óptima relación calidad/precio.