El 20% de los adultos que viven en España se sienten solos y el 13,5% sufren soledad crónica (personas que sufren soledad desde dos o más años), tal y como pone de relieve un estudio de Fundación ONCE y Fundación AXA realizado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES).
El ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’ es un trabajo que tiene como objetivo del estudio es identificar la incidencia de la soledad no deseada, indagar en las posibles causas o correlaciones y conocer la opinión de la población sobre el fenómeno del aislamiento involuntario.
Con el fin de alcanzar este objetivo, se llevaron a cabo 2.900 entrevistas telefónicas a residentes en España mayores de 18 años. Las preguntas se centraron en su perfil, incluyendo sexo, edad, nivel educativo, situación laboral, hábitat, estado de salud, discapacidad, entre otros aspectos, para comparar los resultados de las personas que se sienten solas con aquellas que no experimentan este sentimiento.
Con la información recabada, el ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’ determina que el aislamiento involuntario constituye actualmente «un problema persistente». Dos de cada tres personas (67,7%) que admiten estar en esta situación la han experimentado por más de 2 años, y un 59% por más de tres años. Esto implica que la soledad crónica (individuos que padecen soledad por dos años o más) afecta al 13,5% de la población en España.
7 de cada 10 individuos han padecido soledad no deseada
El estudio revela que, aunque la mayoría de las personas afirman no sentirse solas actualmente (80% de la población), un significativo 63% ha experimentado sentimientos de soledad en algún momento. Esto indica que 7 de cada 10 individuos han padecido soledad no deseada en algún punto de sus vidas, ya sea en el presente o en el pasado. Además, casi la mitad de la población (49,3%) experimenta actualmente o ha experimentado en el pasado soledad de forma intensa.
El estudio de la consultora Fresno, the right link, revela que la soledad es más común en mujeres (21,8%) que en hombres (18%), y se da con mayor frecuencia en jóvenes que en personas mayores. Sin embargo, aclara que las diferencias en el aislamiento involuntario entre géneros son más notables en ciertos perfiles, siendo particularmente significativas a partir de los 55 años, en personas con niveles educativos inferiores y en áreas urbanas.
Se señala también que la soledad, aparte de ser una experiencia subjetiva de sufrimiento, se asocia con numerosos problemas adicionales. Por ejemplo, la incidencia del aislamiento involuntario es significativamente mayor en personas que enfrentan dificultades en otras áreas de la vida, tales como la salud, la economía, el empleo o la discapacidad.
El estudio recalca que existen factores que además de una mayor prevalencia implican una mayor probabilidad de sufrir soledad no deseada, como:
- tener dificultades económicas
- origen extranjero
- vivir con un problema de salud mental
- ser joven
- estar en desempleo teniendo entre 30 y 54 años
Así, tener una salud muy mala, mala o regular implica una probabilidad 3 veces mayor de sufrir soledad no deseada y vivir con un problema de salud mental, diagnosticado o no, en 2,4 veces.
El informe muestra que la prevalencia de soledad no deseada entre personas con discapacidad es 30 puntos más alta que entre aquellas sin discapacidad (50,6% comparado con 19,1%). Además, las mujeres con discapacidad reportan una mayor incidencia de soledad no deseada que los hombres, con un 54,3% frente a un 45,7%.
Otro aspecto importante relacionado con la soledad no deseada son las relaciones sociales. Según el barómetro de 2024, la cantidad, calidad y presencialidad de las relaciones, en particular las de amistad y familiares, son «muy relevantes» para la soledad. De este modo, la proporción de personas que carecen de apoyo en caso de necesidad es tres veces mayor entre quienes experimentan soledad no deseada en comparación con quienes no la experimentan (17,9% frente a 6,6%).
No obstante, el estudio señala que independientemente de la vida social, “el núcleo de convivencia es clave”. La prevalencia de la soledad no deseada es el doble entre las personas que viven solas que entre las que viven acompañadas (34,5% frente al 17,4%).
Otro aspecto relacionado con la soledad es la educación. Según este barómetro, el aislamiento involuntario es considerablemente menos común entre individuos con un nivel educativo más alto, y la falta de estudios superiores incrementa en un 50% la probabilidad de experimentar soledad.
La soledad es solucionable en muchos casos
El ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’ apunta que existe una soledad crónica o de larga duración, que el aislamiento involuntario afecta algo más a mujeres que a hombres, que está especialmente extendido entre la juventud y, como dato positivo, que hay esperanza: “es un problema reversible que tiene solución”, apunta, si las administraciones lo consideran una “cuestión prioritaria” y el conjunto de la sociedad “una responsabilidad compartida”.
Y es que, a pesar de estos datos, los autores del informe sostienen que «la soledad es solucionable en muchos casos«, lo que se evidencia en que el 50,4% de la población ha experimentado soledad en algún grado durante alguna etapa de su vida, aunque no necesariamente en el presente.
Este trabajo actualiza el presentado en 2015 por Fundación ONCE y Fundación AXA (‘La soledad en España’) y en 2022 por SoledadES (‘Estudio sobre la percepción de la soledad no deseada’), que analizaba el fenómeno del aislamiento involuntario en España, deteniéndose más en las diferentes franjas de edad.