Con el objetivo de concienciar sobre el asma grave, el Instituto Nacional de Asma Grave (INAG), impulsado por la farmacéutica GSK, ha elaborado un decálogo que recoge una serie de propuestas y recomendaciones sobre esta patología que tiene una notable incidencia.
Y es que en España cerca de dos millones y medio de personas viven con asma, afectando al 5% de la población adulta y al 10% de la población infantil. La prevalencia de la población asmática adulta que vive con asma grave no controlada se encuentra aproximadamente entre el 4 y el 4,9%, según distintos estudios, provocando al menos 250.000 muertes al año en el mundo.
Dichos porcentajes implican una carga elevada para el paciente y el sistema sanitario, que se manifiesta principalmente en 3 ámbitos:
- salud y mortalidad, provocando 1.118 muertes en 2071
- calidad de vida, un 25% de los pacientes asmáticos sufren trastornos emocionales y entre un 70-100% de los pacientes manifiestan algún grado de incapacidad funcional
- coste económico: el coste directo del asma equivale al 2% del gasto sanitario total, lo que equivale a 1.480 millones de euros al año.
Entre las recomendaciones incluidas en el decálogo del Instituto Nacional de Asma Grave (INAG) destacan el fomento de la formación de los profesionales sanitarios, tanto en atención primaria como especializada, así como la promoción de la investigación sobre los biomarcadores para mejorar la fenotipificación de los pacientes y favorecer un tratamiento individualizado.
Tal y como apunta el Dr. Javier Domínguez, alergólogo del Hospital Universitario La Paz de Madrid y firmante del decálogo impulsado por INAG como miembro de su Comité, “desde el punto de vista del profesional sanitario, aunque tenemos una guía de manejo de la enfermedad como la guía GEMA, establecer unas prioridades a través de este decálogo nos puede ayudar a que, desde todos los estamentos en los que se atienden a los pacientes con asma, pueda haber una línea común, unas directrices concretas y, evidentemente, eso redunda en una mejor atención de la enfermedad”.
Además, en España existe un infra-diagnóstico del asma grave, provocado principalmente por dos razones:
- pacientes no diagnosticados debido a la dificultad de acceso a médicos y centros especializados
- pacientes con un diagnóstico erróneo debido a una confusión de los síntomas del asma no controlada con otras enfermedades respiratorias.
A este respecto, el decálogo impulsado por INAG recoge la importancia de fomentar la creación de Unidades de Asma Grave acreditadas por las sociedades científicas en todas las áreas hospitalarias del país y su reconocimiento por parte de la administración sanitaria.
En este sentido, el Dr. Francisco Javier Álvarez Gutiérrez, neumólogo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, director de PII Asma de SEPAR y firmante del decálogo como miembro de su Comité, afirma que “es fundamental que la administración sanitaria reconozca las acreditaciones de las Unidades de Asma Grave que se han establecido por las sociedades científicas (SEPAR y SEAIC) desde hace años en nuestro país. Estas acreditaciones se establecen mediante criterios y baremos objetivos que ponderan la actividad asistencial, formación e investigación de cada una de las unidades de asma y ha supuesto un avance indudable en mejorar la calidad de la asistencia en los últimos años”.
Pese a ello, tal y como indica el Dr. Álvarez, estas unidades no tienen ningún reconocimiento oficial por parte de la administración sanitaria. “El reconocimiento llevaría a la presencia equitativa por cada comunidad autónoma, mejorando la equidad en la asistencia sanitaria y unos recursos apropiados, así como capacitación del personal que configura la unidad de asma para su mantenimiento”, subraya el neumólogo.
El decálogo del Instituto Nacional de Asma Grave (INAG) de GSK es el siguiente:
- Concienciar a la sociedad sobre los síntomas del asma grave, la importancia del asma y del diagnóstico precoz a través de programas de divulgación.
- Evaluar la situación actual del asma en España a través de la detección de su prevalencia y gravedad.
- Apoyar y fomentar la formación de los profesionales sanitarios tanto en atención primaria como especializada, mediante la realización de cursos acreditados y rotaciones en Unidades de Asma Grave (UAG).
- Fomentar la creación de UAG acreditadas por las sociedades científicas en todas las áreas hospitalarias del país y su reconocimiento por parte de la administración sanitaria.
- Mejorar la coordinación entre profesionales que tratan el asma para mejorar la accesibilidad y eliminar las barreras detectadas en la asistencia y el tratamiento. Aplicar criterios de derivación consensuados.
- Asegurar un diagnóstico y abordaje tempranos del asma grave con la derivación, en su caso a UAG.
- Fomentar investigaciones clínicas de calidad que estudien la evolución de los pacientes y la respuesta al tratamiento biológico.
- Promover la investigación acerca de biomarcadores para mejorar la fenotipificación de los pacientes y favorecer el tratamiento individualizado.
- Impulsar el empoderamiento del paciente desde la información, la formación, humanización y la investigación de su patología: asma grave.
- Favorecer la colaboración multidisciplinar de expertos sanitarios para desarrollar y difundir proyectos y actividades en el área del asma grave que contribuyan a reducir la morbimortalidad mediante el desarrollo de foros y reuniones multidisciplinares.