Cuidar de un familiar en casa suele ser una tarea complicada que exige estar estar preparado física y emocionalmente, ya que las consecuencias de cuidar durante mucho tiempo a otra persona pueden resultar devastadoras tanto físicamente como mentalmente y, a veces, la persona cuidadora puede llegar a tener más problemas de salud que la propia persona cuidada.

Las personas cuidadoras son aquellas que gestionan los cuidados de la persona dependiente en el hogar, normalmente con el objetivo de mantenerla, en la medida de lo posible, en un entorno familiar y cerca de las personas conocidas. No obstante, como señalan desde el hospital Clínic Barcelona, hay que tener en cuenta que el cuidador o cuidadora no tenía prevista esta situación y posiblemente no tenga la preparación adecuada. Por ello el autocuidado es fundamental.

geriatricarea autocuidado
El autocuidado es fundamental para encontrarse bien física y mentalmente y poder realizar la tarea del cuidado correctamente

Y dado que las personas cuidadoras tienen que dedicar una buena parte de su tiempo a los cuidados de otra persona, lo que supone un gran desgaste que puede acabar en depresión o aislamiento.

Para evitar llegar a esta situación, desde el hospital Clínic Barcelona ofrecen una serie de recomendaciones para fomentar el autocuidado:

  • Pedir ayuda:
    • Pedir ayuda a otros familiares y amigos
    • Pedir ayuda de forma clara
    • Reunir a las personas cuidadoras para organizar el tiempo y ser efectivos
    • Agradecer la ayuda
    • Recorrer a servicios, instituciones y asociaciones de ayuda

  • Organizar el tiempo:
    • Hacer un listado de tareas realizadas y el tiempo empleado
    • Clasificar las tareas por orden de prioridad y verificar si la persona cuidada puede llevar a cabo alguna
    • Poner límites a la ayuda prestada
    • Fijar tiempos de descanso entre tareas y mantenerlos

  • Mantener unos hábitos saludables:
    • Procurar dormir 7 u 8 horas
    • Realizar algún tipo de actividad relajante antes de ir a dormir
    • Encontrar momentos para descansar
    • Mantener aficiones y amistades y salir de casa
    • Practicar ejercicio regularmente
    • Cuidar la alimentación

  • Prestar atención a las señales de alarma del cuerpo:
    • Cansancio y sensación de sueño
    • Aislamiento
    • Aumento del consumo de medicamentos, tabaco o alcohol
    • Palpitaciones, temblores, molestias digestivas, dolor de huesos y articulaciones, etc.
    • Aumento o disminución del hambre
    • Cambios de humor y aumento de la irritabilidad
    • Dificultad para concentrarse, dificultad para tomar decisiones, etc.
    • Problemas económicos
    • Retrasos o ausencias reiteradas en el trabajo, dificultad para realizar tareas habituales, etc.

En definitiva, estas recomendaciones facilitan que las personas que cuidan a familiares cercanos puedan cuidar también de ellas mismas, tanto para encontrarse bien física y mentalmente como para poder realizar la tarea del cuidado del familiar correctamente.