Un artículo de Miriam Castilla, Enfermera Fundación Juan Cruzado

Desde mediados de mayo y hasta septiembre se considera la época más calurosa del año y con ella toca proteger nuestro cuerpo de las altas temperaturas. Vivir durante un largo periodo de tiempo en un ambiente caluroso sin poner remedio acaba afectando a nuestra piel y a nuestro cuerpo por la deshidratación. Además, nos impide descansar durante la noche, provocándonos cansancio al día siguiente y mayor estrés o irritabilidad.

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La incapacidad del cuerpo para regular adecuadamente la temperatura acaba provocando un golpe de calor

El grupo de personas más vulnerable a las altas temperaturas son aquellas que no pueden expresar si tienen calor o sed, como los niños, los enfermos crónicos y nuestros mayores, concretamente en los mayores, la sensación de tener sed muchas veces no la presentan o son reacios a beber agua.

La respuesta de las personas al calor depende de la hidratación, del color de ropa que llevemos o de la protección corporal que usemos cuando estamos expuestos al sol. Nuestras recomendaciones para combatir los meses de verano son:

  • Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día y si hay que salir, intentar hacerlo buscando la sombra.

  • Aumentar la frecuencia de la hidratación, esta hidratación no puede ser de cualquier bebida, ya que las bebidas alcohólicas o muy azucaradas no hidratan lo suficiente.

  • Mantener los espacios ventilados y con una temperatura adecuada, un espacio cerrado, sin ventilación va a ir aumentando nuestra temperatura corporal.

  • La ropa juega un papel muy importante frente a las altas temperaturas, en el caso en que haya que salir a la calle en el tramo de horas donde el calor es más intenso.
    • Debemos salir a la calle con la cabeza protegida con una gorra o sombrero.
    • La ropa es aconsejable que sea en tonos claros, ya que la ropa oscura atrae y mantiene más el calor, si la ropa es ajustada en vez de suelta también nos proporciona más calor al cuerpo.
    • Debemos usar protección solar en las partes del cuerpo que no estén protegidas por la ropa ya que nos podemos quemar por el sol.
    • Debemos elegir un calzado que permita que el pie transpire.

La incapacidad del cuerpo para regular adecuadamente la temperatura acaba provocando un golpe de calor, que se caracteriza por una temperatura corporal que puede llegar hasta las 41ºC, llegada esta situación, el mecanismo de sudor falla (que en condiciones normales es lo que nuestro cuerpo usa para combatir con el calor e intentar enfriarlo).

El golpe de calor o insolación se caracteriza con alteración de la consciencia, ausencia de sudor, piel caliente, dolor de cabeza, mareos o náuseas. Los medicamentos como diuréticos, laxantes, antidepresivos, antiparkinsonianos, o las enfermedades, como demencia, parkinson, diabetes, insuficiencia cardíaca, favorecen la aparición de esta situación.

Frente a esto, debemos desvestir a la persona todo lo que se pueda, intentar enfriarlo mediante paños fríos sobre todo en cuello, axilas, muñecas y si no se corrige rápidamente puede suponer riesgo para la vida de la persona, por lo que debe ser valorado por un médico. Si seguimos estos consejos podremos sobrellevar las altas temperaturas con un buen resultado.