Un artículo de Albi, especialista en alimentación geriátrica

El envejecimiento de la población mundial trae consigo desafíos significativos para el sector de la salud, especialmente en lo que respecta al cuidado de los ancianos. La/os enfermero/as juegan un papel esencial en la promoción de la salud y el bienestar de las personas mayores, y uno de los aspectos más críticos de este cuidado es asegurar una buena nutrición.

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Los profesionales de enfermería deben garantizar que los ancianos reciban una alimentación adecuada

Los profesionales de enfermería no solo son los responsables de la salud física, sino que también deben garantizar que los ancianos reciban una alimentación adecuada que satisfaga sus necesidades específicas. En esta labor, contar con el apoyo de especialistas en alimentación geriátrica, como Albi, puede marcar una gran diferencia.

Desde la evaluación nutricional y la planificación de dietas personalizadas hasta la educación y el apoyo emocional, los enfermeros juegan un papel integral en la promoción de la salud y el bienestar de las personas mayores. La colaboración con especialistas en alimentación geriátrica enriquece y optimiza estas prácticas, ofreciendo un enfoque más completo y efectivo.

La nutrición en los ancianos

Los ancianos enfrentan numerosos cambios fisiológicos y de salud que pueden afectar su nutrición, tales como:

  • Reducción del apetito y la sensación de sed
  • Problemas dentales que dificultan la masticación
  • Cambios en el gusto y el olfato que pueden hacer que la comida sea menos atractiva
  • Enfermedades crónicas que requieren dietas específicas, como la diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares

Una dieta adecuada para los ancianos debe ser rica en proteínas, fibra, vitaminas y minerales, pero también atractiva. La desnutrición y las deficiencias nutricionales pueden tener consecuencias graves, como debilidad muscular, mayor riesgo de caídas, deterioro cognitivo y un sistema inmunológico debilitado.

Desde enfermería realizan labores tan importantes como son:

  • Evaluación del estado nutricional.
  • Vigilancia del peso y el índice de masa corporal (IMC).
  • Evaluación de la ingesta alimentaria diaria.
  • Análisis de los niveles de nutrientes en la sangre.

Colaborar con dietistas y otros profesionales de la salud es fundamental para desarrollar planes de alimentación personalizados. Aquí es donde Albi colabora estrechamente asegurando que:

  • Las comidas preparadas cumplan con los requisitos nutricionales específicos de cada anciano.
  • Supervisar la ingesta de alimentos para garantizar que se consuman los nutrientes necesarios.
  • Enseñar la importancia de una dieta equilibrada.
  • Orientar sobre cómo preparar comidas nutritivas y atractivas.
  • Proporcionar recursos y materiales educativos.
  • Apoyo emocional y motivacional

Además, la pérdida de apetito en los ancianos puede estar relacionada con factores emocionales como la soledad o la depresión. Por ellos, desde Albi colaboramos estrechamente con enfermeros/as para:

  • Fomentar un ambiente positivo y acogedor durante las comidas
  • Motivar a los ancianos a participar en la preparación de sus alimentos cuando sea posible
  • Ofrecer apoyo emocional y comprensión