En el marco del programa «Música para recordar, cantar y curar», desarrollado en colaboración con el Ministerio de Cultura en residencias, centros sociosanitarios y hospitales, la Fundación Músicos por la Salud ha recuperado del olvido 78 canciones que estaban a punto de perderse.

Esta iniciativa forma parte del programa de promoción cultural del Ministerio, un innovador proyecto de investigación participativa que tiene un doble objetivo:

  • recopilar canciones a nivel local
  • y evaluar el impacto de la música en la salud mental de los participantes empleando metodología propia de la Fundación Músicos por la Salud

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Gracias al programa «Música para recordar, cantar y curar» la Fundación Músicos por la Salud ha recuperado del olvido 78 canciones que estaban a punto de perderse

Se han celebrado 200 microconciertos participativos en los que, con ayuda de familiares y cuidadores, se ha recabado información sobre las canciones de la infancia del paciente y, a partir del recuerdo, se ha realizado un análisis musical completo para obtener la melodía. Así, entre las melodías recuperadas se hallan jotas, canciones tradicionales, romances, seguidillas y villacincos.

Así, entre las melodías recuperadas se hallan jotas, canciones tradicionales, romances, seguidillas y villacincos. Además, los microconciertos han sido grabados y almacenados en la «Biblioteca Nacional de recuerdos musicales«, que se estrenará en los próximos días.

El impacto de este programa en la salud mental y la satisfacción de los participantes ha sido notablemente positivo, según el informe de evaluación. Un elevado porcentaje reportó mejoras en su estado emocional, en consonancia con los resultados de estudios científicos que han demostrado que la música puede influir positivamente en la salud mental y el bienestar general.

Saarikallio y Erkkilä (2007) estudiaron la influencia de la música en las personas y concluyeron que es una herramienta eficaz para la regulación de las emociones, ayudando a manejar el estrés y mejorar el estado de ánimo. Además, la participación en actividades musicales puede promover el sentido de comunidad y reducir la sensación de aislamiento, especialmente en poblaciones vulnerables como las personas mayores.

Como indican desde la Fundación Músicos por la Salud, en este colectivo, la música puede retrasar el deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida en personas con demencia. Asimismo, la música ofrece una herramienta para la expresión emocional y la interacción social, factores cruciales para el bienestar de los ancianos.