La alimentación de las personas mayores presenta desafíos únicos provocados por la pérdida de apetito, problemas dentales y condiciones crónicas, entre otros condicionantes. Sin embargo, expertos en nutrición ofrecen estrategias para superar estos retos y mantener una dieta balanceada, abarcando desde la planificación de comidas hasta la importancia de la hidratación.
Mantener una dieta equilibrada y adecuada es esencial para prevenir enfermedades, mantener la energía y mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En este contexto, desde Accent Social se recomienda promover hábitos saludables que conlleven una ingesta adecuada de nutrientes.
Para ello, Georgina Méndez, técnica del departamento de Seguridad Alimentaria y Nutrición de Accent Social, explica que “la dieta Mediterránea es reconocida a nivel internacional como modelo de dieta saludable, por sus efectos en la prevención y tratamiento de enfermedades degenerativas”.
Esta dieta se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales: cereales (pan, pasta, arroz), verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos; el uso de aceite de oliva como fuente principal de grasa; un consumo moderado de pescado, marisco, aves, productos lácteos (yogur, quesos) y huevos; y el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas.
Méndez añade que la deshidratación es muy común y que, por ello, “no debemos olvidar tomar 8 raciones de agua o el equivalente en líquidos (zumos, sopas, etc.). Para evitarla, deberíamos recordar a las personas mayores beber un vaso de agua, aunque no tengan sed, aproximadamente cada dos horas”.
Cambios fisiológicos y nutricionales que se producen cuando la dieta no es saludable
No seguir una dieta equilibrada y saludable puede contribuir significativamente a que alguno de los siguientes cambios fisiológicos y nutricionales se manifiesten:
- Reducción del metabolismo
El metabolismo basal disminuye con la edad, lo que significa que el cuerpo quema menos calorías en reposo. Esto puede llevar a un aumento de peso si no se ajusta la ingesta calórica.
- Pérdida de la masa muscular
La sarcopenia, o pérdida de masa muscular, es común en personas mayores. Esto puede afectar la fuerza y la movilidad, y aumentar el riesgo de caídas y fracturas.
- Alteración en el gusto y el olfato
Los sentidos del gusto y el olfato pueden disminuir, lo que puede reducir el apetito y la ingesta de alimentos.
- Desarrollo de problemas dentales
La pérdida de dientes o el uso de dentaduras postizas pueden dificultar la masticación y limitar la elección de alimentos.
Estrategias para superar los desafíos nutricionales
A medida que las personas envejecen, también se enfrentan a varios desafíos nutricionales que afectan su salud y bienestar, por lo que Accent Social recomienda algunas estrategias para superarlos y mantener una alimentación adecuada:
- Pérdida de apetito
La pérdida de apetito puede ser un desafío, pero hacer que las comidas sean más ligeras, digeribles, menos abundantes y atractivas visualmente, así como variar los sabores y texturas, puede estimular el apetito.
- Condiciones de salud crónicas
Hay condiciones de salud crónicas, como la diabetes o la hipertensión, que pueden requerir ajustes dietéticos específicos. En estos casos, consultar con un dietista o nutricionista puede ayudar a desarrollar un plan de alimentación adecuado.
- Soledad y aislamiento
Comer solo puede reducir el placer de las comidas, así que es recomendable participar en comidas comunitarias o invitar a amigos y familiares a compartir las ingestas para mejorar la experiencia gastronómica.
Consejos para mantener una alimentación saludable
Con la finalidad de mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades relacionadas con la nutrición y el envejecimiento en las personas mayores, a continuación se ofrecen una serie de consejos para mantener una dieta equilibrada en personas de edad avanzada:
- Planificación de comidas
Planificar las comidas con antelación puede ayudar a asegurar una ingesta equilibrada de nutrientes, e incluir una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios es clave.
- Hidratación adecuada
La sensación de sed puede disminuir con la edad, por lo que es importante beber suficiente agua a lo largo del día. Las sopas, infusiones y frutas con alto contenido de agua también pueden contribuir a la hidratación.
- Comidas pequeñas y frecuentes
Comer comidas más pequeñas y frecuentes puede ser más manejable y ayudar a mantener los niveles de energía estables.
- Control de porciones
Controlar el tamaño adecuado de las porciones puede ayudar a evitar el exceso y deficiencia de calorías y mantener un peso saludable.
- Actividad física
La actividad física regular complementa una buena nutrición al ayudar a mantener la masa muscular, la movilidad y la salud cardiovascular.
Y es que, tal y como advierten desde Accent Social, una alimentación adecuada es esencial para mantener la salud y el bienestar de las personas mayores. Al prestar atención a las necesidades nutricionales específicas y adoptar hábitos alimentarios saludables se puede mejorar la calidad de vida y disfrutar de una vida activa y plena. En este contexto, la colaboración con profesionales de la salud, como dietistas y nutricionistas, proporcionará el apoyo necesario para lograr estos objetivos.