Las personas cuidadoras deben cuidarse a sí mismas para poder ofrecer la mejor atención posible a sus seres queridos. Y es que el descanso y el bienestar personal son fundamentales para mantener la salud física y mental. Aquí es donde los centros de día se convierten en una herramienta muy valiosa, tal y como señalan desde Accent Social.

Las personas cuidadoras a menudo se encuentran en una situación de gran responsabilidad que puede llevar a un desgaste físico y emocional significativo. La falta de tiempo para ellas mismas y la constante atención que requiere cuidar de otra persona pueden generar sentimientos de cansancio y sobrecarga.

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Los centros de día ofrecen un espacio seguro y acogedor que fomenta el bienestar emocional de las personas en situación de dependencia

Para evitarlo, tal y como señala, Lluïsa Domingo, directora del Centro de Día de Montcada i Reixach, gestionado por Accent Social, “los centros de día ofrecen un espacio seguro y acogedor donde las personas en situación de dependencia pueden pasar una parte del día, participando en actividades físicas, lúdicas o culturales, que ayudan a fomentar su bienestar emocional. También propician la creación de nuevas relaciones sociales con otras personas usuarias y el refuerzo de sus habilidades comunicativas”. Ademas, los profesionales de estos centros ofrecen acompañamiento personalizado, tanto para la persona usuaria como para la familia.

Los centros de día se convierten así en un recurso social intermedio que representa una interesante herramienta para contribuir al bienestar tanto de las personas mayores como de su núcleo familiar y, particularmente, de las personas cuidadoras. En concreto, los servicios y los principales beneficios que ofrecen son:

  • Mantener o recuperar la autonomía personal, retrasando o previniendo más grados de dependencia.
  • Aumentar su autoestima y potenciar sus capacidades cognitivas y funcionales, previniendo o retrasando el deterioro asociado al envejecimiento o a enfermedades como el Alzheimer.
  • Aumentar su grado de socialización y mejorar el estado de ánimo, evitando el riesgo de aislamiento, soledad, depresión o ansiedad.
  • Continuar viviendo en su domicilio, evitando o posponiendo el ingreso en una residencia y manteniendo el contacto con su entorno habitual.
  • Disponer de un espacio de acompañamiento, donde se sientan atendidos, respetados y valorados por un equipo de profesionales cualificados y con experiencia.
  • Aliviar la carga y el estrés de los familiares y cuidadores, ofreciéndoles un tiempo de respiro y un asesoramiento especializado.

Por otra parte, desde Accent Social destacan que los centros de día también son un apoyo muy valioso para aquellas personas que necesitan supervisión y ayuda en algunas actividades de la vida diaria, pero que aún pueden vivir en su casa, y para las personas cuidadoras y el entorno familiar, que, si bien contribuyen a conocer la historia vital y la situación actual de cada usuario, necesitan descansar para poder continuar ofreciendo una atención de calidad.