El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y el Centro Lescer han suscrito un acuerdo que permitirá ofrecer a los pacientes ingresados en la Unidad de Ictus un servicio de neurorrehabilitación durante su estancia hospitalaria con el fin de facilitar su recuperación.

Este tipo de programas de neurorrehabilitación disminuyen la mortalidad y mejoran la funcionalidad, y la calidad de vida de los pacientes incluso meses después del episodio de ictus, con independencia de la edad, la cronicidad o la gravedad inicial.

Este programa puesto en marcha por el Hospital Universitario Ruber Juan Bravo con Centro Lescer, perteneciente a grupo emeis, se compone de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, neuropsicología y trabajo social.

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El Hospital Ruber Juan Bravo y Centro Lescer ofrecen a los pacientes ingresados en la Unidad de Ictus un servicio de neurorrehabilitación

Con el objetivo de mejorar los déficits sensoriales, motóricos, cognitivos y conductuales, en la unidad hospitalaria el equipo de Centro Lescer realiza una valoración y tratamiento exhaustivo durante el tiempo de ingreso. En este proceso es muy importante el asesoramiento en productos de apoyo, búsqueda de recursos al alta del hospital, adaptaciones de su domicilio, pautas a la familia y/o cuidadores principales (por ejemplo, posicionamiento, movilizaciones, etc.).

De igual manera, un equipo de trabajo social hace una valoración con el objetivo de asesorar sobre los recursos existentes y la tramitación de la Dependencia y la Discapacidad.

Tal y cono señalan desde el Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, el proceso de rehabilitación hay fundamentalmente tres factores que condicionan su eficacia:

  • el tiempo transcurrido desde el episodio hasta el inicio de la rehabilitación
  • la duración de la misma
  • la intensidad del tratamiento

Respecto al tiempo transcurrido desde el episodio hasta el inicio de la rehabilitación, se considera que iniciar el tratamiento en el período comprendido entre 3 y 30 días desde el episodio suele asociarse a un mejor pronóstico y a una menor estancia hospitalaria, tanto para casos moderados como severos. El tiempo máximo estimado desde el ictus al inicio de rehabilitación no debería ser superior a tres semanas en ictus moderados y cuatro semanas en ictus severos.

En cuanto a la duración del proceso de rehabilitación, hay que tener en cuenta que no todos los déficits se van a tratar igual: por ejemplo, los déficits cognitivo-conductuales y las dificultades de participación, sensoriales e integración usualmente requieren mayor tiempo de intervención que los déficits motores o los de la función y actividad.

Finalmente, por lo que respecta a la intensidad del tratamiento, las guías de práctica clínica existentes recomiendan al menos 45-60 minutos de cada modalidad de terapia específica (logopedia, terapia ocupacional, neuropsicología, fisioterapia, etc.), hasta un total de 3h/día, 5 días por semana.

El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y Centro Lescer es recomiendan también mantener controles periódicos para detectar posibles complicaciones o cambios en la autonomía funcional, así como mantener un programa de actividades físico-deportivas y recreativas adaptadas a las particularidades de cada caso.