Un artículo de Albertia Moratalaz

Durante el proceso de envejecimiento el cerebro del adulto mayor sufre una serie de trasformaciones en su morfología y funcionamiento. Dichas trasformaciones conducen a la activación de mecanismos que regulan la neuroplasticidad de dicho órgano con el objetivo de adaptarse a los cambios acontecidos en el proceso.

La Enfermedad de Alzheimer es una de las principales enfermedades que encabezan modificaciones en las estructuras cerebrales y que originan dependencia en las personas mayores, es por ello, que en Albertia Moratalaz el equipo del centro está especialmente concienciado en controlar aquellos factores de riesgo que influyen de manera directa en el inicio y desarrollo de ésta. Además de la promoción de hábitos de envejecimiento activo.

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible y es una de las causas más comunes de demencia. En ella se ven fundamentalmente alteradas las funciones cognitivas de aquellos que la padecen.

Algunos de los síntomas que caracterizan esta enfermedad son:

• Pérdida progresiva de memoria
• Desorientación (temporal, espacial y/o en la esfera personal)
• Dificultad en la planificación y resolución de problemas
• Cambios en la personalidad
• Alteraciones en el curso del pensamiento
• Afectación en los ritmos de vigilia-sueño
• Alteración en funciones de lenguaje
• Modificación y/o pérdida de habilidades sociales
• Dificultad en la ejecución de las actividades de la vida diaria
• Alteraciones de conducta

El diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer es un hecho devastador y desafiante tanto para la propia persona que lo padece como para su familia. Por ello, es primordial contar con una serie de estrategias que ayuden a su afrontamiento y manejo de los nuevos hábitos y rutinas que deberán ser adquiridos durante el curso y desarrollo de esta enfermedad.

Desde el equipo asistencial de Albertia Moratalaz las estrategias empleadas para intervenir y acompañar a los usuarios y residentes que se encuentran en dicha situación, son:

• Favorecer la adquisición de rutinas que promuevan la mayor autonomía posible, generando así un mantenimiento y mejora de la autoestima y la calidad de vida.
  
• Creación de espacios terapéuticos en los que los que se puedan compartir emociones y sentimientos junto a otros residentes que se encuentren pasando por el mismo proceso y/o un proceso similar.
  
• Estimulación de los usuarios y residentes para la participación activa en las actividades del centro con el fin de estimular y mantener las capacidades cognitivas y funcionales.
  
• Propiciar un adecuado descanso nocturno mediante la aplicación de medidas de higiene del sueño para favorecer un sueño nocturno reparador y de calidad.