Existe una relación entre el uso de antipsicóticos para la demencia y el nivel socioeconómico, tal y como revela un estudio liderado por el grupo de Evaluación Económica de Enfermedades Crónicas del Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa.

Los antipsicóticos se utilizan ampliamente en personas mayores debido a la alta prevalencia de síntomas neuropsiquiátricos y conductas disruptivas asociadas con la demencia. La preocupación por su uso inadecuado ha llevado a advertir sobre sus riesgos y recomendar una reducción de su uso para los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia.

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Los antipsicóticos atípicos suelen ser la respuesta de primera línea a las conductas desafiantes en la demencia en personas con bajos recursos

Un estudio liderado por el grupo de Evaluación Económica de Enfermedades Crónicas del Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa revela disparidades en su uso según el nivel socioeconómico, y se ha encontrado un gradiente con el nivel educativo en el uso de antipsicóticos tanto en la población general como en personas con demencia. Para un análisis exhaustivo de las disparidades en la indicación de antipsicóticos se deben tener en cuenta más variables como el sexo, la edad y las comorbilidades somáticas y psiquiátricas.

Los principales hallazgos de este estudio poblacional (221.777 personas mayores de 60 años del Territorio Histórico de Gipuzkoa) fueron las altas tasas de uso de antipsicóticos y la mayor probabilidad de recibir este tipo de fármacos entre las personas de nivel socioeconómico bajo.

El porcentaje de usuarios de antipsicóticos aumentó del 2,9% en el nivel socioeconómico alto al 6,7% en el nivel socioeconómico bajo y alcanzó el 39,8% en personas con demencia. La explicación de esta disparidad es que los antipsicóticos atípicos suelen ser la respuesta de primera línea a las conductas desafiantes en la demencia en personas desfavorecidas.

Y es que, como las familias son las encargadas de organizar los cuidados domiciliarios, un mayor nivel de ingresos permite obtener otros apoyos para reducir el malestar asociado al cuidado y retrasar el uso de antipsicóticos.

La principal conclusión del estudio es que los mayores niveles de uso e institucionalización de antipsicóticos en personas de nivel socioeconómico bajo indican una falta de equidad en el manejo de los síntomas neuropsiquiátricos relacionados con la demencia. Aumentar la oferta de tratamientos no farmacológicos en el sistema de salud público podría ayudar a reducir la inequidad en el uso de antipsicóticos.

Estos resultados se han publicado en el artículo Disease Disparities by Socioeconomic Status and Diagnosis of Dementia in the Prescribing of Antipsychotics in a Real-World Data Population Over 60 Years of Ageen la revista internacional “Journal of Alzheimer’s”.

Este trabajo ha sido realizado por Javier Mar, Uxue Zubiagirre, Igor Larrañaga, Myriam Soto-Gordoa, Lorea Mar-Barrutia, Ana González-Pinto y Oliver Ibarrondo del IIS Biogipuzkoa, IIS Bioaraba, Biosistemak y Mondragon Unibertsitatea.